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CIUDAD DE MÉXICO, México, sept. 14, 2012.- La política exterior irrumpió en las campañas presidenciales de los Estados Unidos, después de haber sido un tema ausente en una contienda regida por la economía, luego de que el candidato republicano, Mitt Romney, lanzara fuertes críticas a Barack Obama por la respuesta a los ataques a las sedes diplomáticas estadounidenses en Egipto y Libia, cuyo saldo fue la muerte del Embajador Chris Stevens y otros tres ciudadanos norteamericanos.
En esta ocasión, como en otros momentos a lo largo del mandato de Obama, los republicanos buscan generar una percepción de debilidad en el manejo de las relaciones internacionales por parte del presidente, aspecto en el que el demócrata cuenta con muy buenos niveles de aprobación. Una reciente encuesta de CNN/ORC International poll demostró que Obama supera a Romney en las preferencias en el manejo de la política exterior, con 54% contra 42%.
En esta nueva ofensiva, los republicanos han comparado la actuación de Barack Obama ante el ataque contra el consulado de los Estados Unidos en la ciudad libia de Bengasi, con el desempeño de Jimmy Carter ante la toma de 52 rehenes en la embajada de los Estados Unidos en Irán en 1979, ambos sucesos marcados por el asesinato de un embajador de los Estados Unidos.
En medios de comunicación afines al partido republicano, como la cadena Fox News, se ha señalado incluso que "se necesitó un Reagan para poner fin a la crisis de Irán" (conductor Eric Bollin, "The Five", 12 septiembre).
Sin embargo, no fue Ronald Reagan quien logró la liberación de los estadounidenses retenidos en la Embajada en Irán. Si bien los rehenes salieron de Teherán el 20 de enero de 1981, una hora después de que Reagan asumiera la presidencia de los Estados Unidos, las negociaciones que dieron pie a la liberación fueron manejadas por la administración de Carter, con un papel destacado de Warren Christopher, el número dos en el Departamento de Estado.
Además, la toma de rehenes en Irán, que se dio en el escenario de la Guerra Fría en el que Teherán era otro de los campos de batalla entre la URSS y los Estados Unidos, duró 444 días, situación que la hace, de entrada, difícilmente comparable a lo sucedido en la representación diplomática en Libia en términos del manejo de crisis por parte de los dos mandatarios.
Si bien Jimmy Carter ha sido continuamente utilizado por los republicanos como el símbolo de la debilidad y la indecisión, conviene recordar que en aquel entonces, el presidente Carter ordenó una misión de muy alto riesgo para el rescate de los rehenes, que fracasó debido a errores en su ejecución y en gran medida, a la mala suerte. Tres helicópteros tuvieron problemas técnicos y un piloto que perdió visibilidad se estrelló; 8 integrantes de la misión murieron.
En ese sentido, cabe destacar que Barack Obama también ha ordenado misiones de alto riesgo- pero que han resultado exitosas- como la que culminó con la eliminación de Osama Bin Laden. Este acontecimiento, sumado al debilitamiento de la estructura de Al Qaeda en Paquistán y Yemen, ha forjado una imagen de determinación y carácter del actual presidente.
No es la primera vez que los republicanos arremeten contra Barack Obama a través de comparaciones con Jimmy Carter; ello ya había sucedido en relación al manejo de la economía. Sin embargo, el paralelismo más claro que los republicanos están interesados en construir es entre la carrera presidencial de Ronald Reagan en 1980 y la de Mitt Romney en este 2012.
El equipo de campaña de Romney, particularmente el encuestador Neil Newhouse, ha utilizado el triunfo electoral de Reagan en 1980 como ejemplo de que el candidato republicano, a pesar de ir atrás en las encuestas, puede ganar la presidencia.
Y es que además del caso de la elección de 1980, en que Jimmy Carter sufrió una derrota ante Ronald Reagan, no existe ningún otro ejemplo en que el presidente en funciones pierda la reelección ante un candidato que vaya atrás en las encuestas a estas alturas de la campaña.
Como señala Nate Cohn, en su artículo "Exploding the Reagan 1980 Comeback Myth" publicado en The New Republic, el líder en las encuestas a mediados de septiembre siempre ha sido el ganador en el voto popular desde 1948, y en aquella ocasión, era el presidente en funciones, Harry Truman, quien perdía en las encuestas.
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