Máxima expectación en EU ante segundo debate

Por Noticieros Televisa | Fuente: Noticieros Televisa | 2012-10-15

Mitt Romney y Barack Obama

¿Podrá Obama revertir la mala imagen tras su floja actuación del primer debate?, se preguntan analistas y electores de cara al segundo encuentro, previsto para hoy martes en Nueva York

HEMPSTEAD, Estados Unidos, oct. 16, 2012.- Barack Obama y Mitt Romney se verán las caras nuevamente este martes en Nueva York, en el segundo de tres debates presidenciales, con miras a las elecciones del próximo 6 de noviembre.

La expectación ante este segundo debate televisado es máxima y con toda la presión para el presidente estadounidense tras su floja actuación en el primero y el ascenso del aspirante republicano en los sondeos.

Obama permaneció el lunes en Williamsburg (Virginia), donde estuvo desde el sábado prácticamente encerrado preparándose para el debate en compañía de sus más cercanos asesores.

Pese a que está alojado en un complejo hotelero para amantes del golf, el presidente no planea dedicar tiempo a una de sus mayores aficiones y solo hizo una breve escapada este domingo a una oficina cercana de la campaña demócrata, donde saludó a algunos voluntarios y comentó que la preparación para el debate está yendo "bien".

Después de haber hecho campaña durante el fin de semana en el estado clave de Ohio, Romney se recluyó con su equipo cerca de su casa en Boston (Massachusetts) en vísperas del crucial debate, que se celebrará en la Universidad Hofstra de Hempstead (Nueva York) a sólo tres semanas de las elecciones del 6 de noviembre.

Según dijo ayer lunes Jen Psaki, portavoz de la campaña de Obama, a los periodistas en Williamsburg, el presidente está "tranquilo" y "lleno de energía" para un segundo debate con Romney en el que los ciudadanos lo verán "firme pero respetuoso" en la defensa de las "diferentes visiones" de país que tienen él y su rival.

Diversos asesores demócratas han insistido en los últimos días en que el presidente será más "agresivo" en este debate que en el celebrado en Denver, donde Romney se impuso con contundencia y a Obama se le vio acartonado y con dificultad para exponer sus ideas con claridad.

El propio Obama ha reconocido que en Denver tuvo "una mala noche" y que estuvo "demasiado correcto".

Ahora toda la presión está de su lado para que pase a la ofensiva y ataque a Romney sobre su pasado al frente de la empresa de inversiones Bain Capital o sobre el polémico video en el que el aspirante republicano menospreció al "47 por ciento" de los votantes que, según él, no pagan impuestos y dependen del Gobierno.

Obama "tiene que transmitir confianza en sí mismo", así como "explicar sus ideas de una forma más sencilla y clara con convicción", argumentó Carolyn Dudek, profesora de Ciencias Políticas de la Universidad Hofstra.

"Tiene que explicar su política y no dejar que Romney lo haga por él", agregó Dudek, quien alertó, no obstante, de que hay "una línea muy fina entre parecer fuerte y ser agresivo".

En cuanto a Romney, a juicio de Dundek debería hacer "lo mismo que en el primer debate", pero también dar "detalles" de sus planes si llega a la Casa Blanca y "mostrar que su política es distinta a la de Obama" en áreas como inmigración o asuntos exteriores.

Los asesores republicanos han dejado entrever que Romney reiterará en este segundo debate sus posiciones más "moderadas" para atraer a los votantes indecisos e independientes.

En su primer debate con Obama el republicano afirmó que si gana las elecciones no recortará los impuestos a los ricos y subrayó su pasado como gobernador de Massachusetts, cuando aprobó una ley similar a la reforma sanitaria promulgada por el presidente en 2010 y trabajó, según él, "en colaboración" con la oposición demócrata.

Romney necesita ganar también este segundo debate para prolongar el impulso recibido a raíz de su buena actuación en Denver e intentar sacar ventaja a Obama en las encuestas de intención de voto.

Según un sondeo de The Washington Post y la cadena ABC divulgado hoy, Obama tiene el apoyo de un 49 % de los posibles votantes y Romney del 46 %, lo que significa un empate dado el margen de error de +/- 3,5 puntos porcentuales.

La encuestadora Gallup ha seleccionado a una serie de votantes indecisos para el debate en la Universidad Hofstra que harán preguntas a los candidatos sobre asuntos de política interna y exterior.

La moderadora será Candy Crowley, corresponsal política de la cadena CNN y presentadora de "State of the Union".

La reconocida periodista ha adelantado que pretende tener un rol muy activo, algo que ha inquietado a ambas campañas y las ha llevado a exponer ante la comisión organizadora de los debates su preocupación por el papel que pueda jugar Crowley en la moderación de las preguntas del público, según la revista Time.

LA ACTUACIÓN TEATRAL DE LOS CANDIDATOS

Por otra parte, expertos aseguraron este lunes que la apariencia y la actuación teatral de los candidatos, especialmente en los debates presidenciales, tiene tanta o más importancia para atraer votantes que las políticas que proponen.

"Dice mucho acerca de nuestra cultura el que prestemos tanta atención al vestuario, los gestos y los estilos de cabellera de los candidatos presidenciales, y a su actuación en situaciones muy teatrales como los debates", señaló Michael Lempert, un antropólogo lingüista en la Universidad de Michigan.

Lempert es coautor, con el antropólogo de la Universidad de Chicago Michael Silverstein, del libro "Creatures of Politics: Media, Message and the American Presidency, que acaba de publicar Indiana University Press".

En el libro, los autores hacen la disección de la construcción y presentación del "mensaje" de un candidato presidencial que se revela mediante un personaje cuidadosamente coreografiado, compuesto de apariencia, estilo de oratoria, gestos, y una biografía pública bien empaquetada, todo lo cual tiene tanta influencia como lo que el candidato realmente diga.

Lempert y Silverstein, según un boletín de la Universidad de Michigan, consideran que la fascinación pública con este "mensaje" es una variación del voyeurismo predatorio que caracteriza la obsesión de la cultura contemporánea con las personas famosas.

"Es, realmente, la TMIzación de la política", dijo Lempert, en una referencia al sitio TMZ.com de internet que cubre y divulga la vida y obra de las celebridades en el mundo del espectáculo.

"Nos hemos habituado a esto -añadió-. Básicamente hemos llegado a contar con la caracterización de los candidatos que este sistema ha inventado para que nos ayude a entender cuál candidato deberíamos apoyar".

"Como sociedad sabemos que esto ocurre y ahora es la norma", añadió Silverstein. "Pero seguimos teniendo cierta sensación de incomodidad porque las técnicas de mercadeo que habitualmente se aplican sólo a los productos ahora se den por sentadas en el empaquetamiento de los candidatos presidenciales", afirmó.

Esta incomodidad se expresa en nuestra demanda por una discusión racional "de los problemas", y por las preguntas de los comentaristas acerca de si los candidatos que vemos son "reales" o "auténticos".

"La política electoral siempre ha involucrado la presentación al electorado de un candidato con imagen pública", aseguró Lempert.

"Pero las tecnologías de comunicaciones actuales y el crecimiento de las consultorías profesionales y el mercadeo político han amplificado la competencia por ser real, o porque se le vea como real", añadió.

Como resultado, "no sólo tenemos debates, sino también discusiones interminables sobre los debates", comentó.

En lugar de que los debates brinden una oportunidad para la discusión de los problemas, son una forma de teatro que permite que los espectadores les tomen la medida a los candidatos mediante su apariencia, su pronunciación, su uso de gestos, e incluso sus equivocaciones.

Lempert ha pasado cientos de horas analizando los gestos de los candidatos, incluido uno que usa a menudo el presidente Barack Obama: un gesto de aprehensión precisa con el cual aprieta el pulgar y la punta de su dedo índice para indicar que comunica los puntos detallados de un asunto acerca del cual sabe mucho.

En su primer debate con Mitt Romney, Obama no usó este gesto tan a menudo como lo ha hecho en el pasado. Sólo el 1 por ciento de sus gestos manuales incluyeron la aprehensión precisa, en tanto que estuvo muy por encima, el 14 por ciento, en la mayoría de sus debates en 2007 y 2008.

"La última vez que lo vi pareció que Obama ha perdido su precisión -bromeó Silverstein-. Pronto veremos si la ha recuperado".

Con información de EFE

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