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CIUDAD DE MÉXICO, México nov. 26, 2012.-En su rostro tiene las cicatrices de la violencia de la que fue víctima y que casi le cuesta la vida: su ex novio la acuchilló en su casa el 16 de septiembre de 2009, en Mérida, Yucatán.
"Al principio yo creí que me estaba abofeteando hasta que me agarró de la cabeza y me cortó el cuello, entonces fue cuando vi el cuchillo, porque además era enorme; después de eso me cortó el abdomen también", relató Grettel Rodríguez, víctima de violencia.
El agresor, Germán Alyn Ortega Hernández confesó intento de homicidio calificado, pero la juez de Yucatán, Ileana Domínguez Zapata consideró que sólo se trataban de lesiones menores y ordenó su liberación.
"Ella me dice: es que tú solo tienes una rayitas, él está preso ¿Acaso no te da pena?... Ella se basa en eso para decir: pues él es hombre y si realmente te hubiera querido matar te hubiera hecho la herida aún más grande. Es una herida de 18 centímetros" detalló Grettel Rodríguez.
"Está parte de la cara no la siento", dijo.
El caso de Grettel llegó hasta la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los ministros ordenaron una nueva sentencia en contra del agresor. Y es que la juez cometió violaciones graves al reclasificar el delito y dejar en libertad al agresor.
"Este caso es paradigmático. La Corte lo que está haciendo es este momento es considerar la impugnación de la víctima, los derechos de la víctima, y ordena reponer el procedimiento para que se tome en consideración precisamente la primera consignación de tentativa de homicidio", explicó la ministra Olga Sánchez Cordero.
En el marco del Día Internacional por la No Violencia Contra la Mujer, la ministra Olga Sánchez reconoce que el Estado mexicano todavía tiene una deuda pendiente con las mujeres.
"Tenemos que estar conscientes de la violencia que todavía se ejerce, no digamos, en los homicidios cometidos en contra de las mujeres por sus parejas, por sus novios, por violadores; tenemos que cuidar estos aspectos sino queremos tener una descomposición social", advirtió.
A sus 26 años, Grettel intenta llevar una vida normal.
Por las amenazas en su contra dejo Mérida, lejos de su familia recibe protección de la Policía Federal.
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