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CIUDAD DE MÉXICO, México, abr. 18, 2013.- Martin Richard tenía ocho años de edad. Esperaba a su padre, quien compitió en la prueba, para abrazarlo en la meta. Su madre y hermana resultaron lesionadas.
Krystle Campbell, 29 años. La encargada de un restaurante local estaba en la zona de la primera explosión porque acompañó a una amiga.
Lu Lingzi estudió matemáticas y estadística en Shenyang, China, donde nació hace 23 años. Se mudó a Estados Unidos hace unos meses para cursar un posgrado en la Universidad de Boston. Entre varias cosas, señalaba, con el objetivo de tener nuevas experiencias.
La maratón le significó una inédita y distinta experiencia, al ser una de las celebraciones más importantes de esa ciudad. Al igual que Krystle, Lu Lingzi acompañaba a una amiga la tarde del 15 de abril.
Su vida terminó minutos después de la explosión en el maratón de Boston.
En la red social más popular del país asiático, Lu Lingzi se describía como una amante de la música, las finanzas y la comida.
Precisamente esa mañana publicó una fotografía de su desayuno, sin saber que era el último. Tras la revelación de su identidad, miles de sus compatriotas se solidarizaron con su familia, en la red social.
Estos homenajes para las víctimas, familiares y en sí, dedicados a la población de Boston y la Unión Americana, se reprodujeron en otro país asiático.
Son afganos con mensajes de apoyo a esa ciudad, desde una nación en la que han muerto cerca de 20 mil civiles durante la invasión que Estados Unidos encabeza, en su tierra, desde 2001.
AAE
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