Se aguanta el hambre para que sus hijos coman

Millones de mexicanos, entre ellos niños, tendrán daños irreversibles por la desnutrición y la falta de comida, incluso hay quienes mueren

CIUDAD DE MÉXICO, México, abr. 10, 2013.-Aunque sea que coman algo, que se lleven algo a la boca, aunque uno se quede con hambre, aunque uno no tenga nada en el estómago.

Nada más siéntate y ahí te doy tu platito.

¿Tú ya desayunaste? yo no tengo hambre, me duele el estómago.

Adriana López. 24 años, habitante de la delegación Alvaro Obregón, dijo "muchas veces preferimos nosotros eso, quedarnos nosotros con hambre o quedarnos sin nada y que ellos coman, que tengan algo en su pancita porque están muy chiquitos".

Este es el drama de una joven madre que se aguanta el hambre para que coman sus 4 hijos.

Adriana vive arrimada en la casa de sus suegros.

Le dieron este pedacito de patio que tapó con cartones, una persiana y una tabla, todo se lo encontró en la basura.

Adriana López nos cuenta "a los 15 años me casé con él, junté con él; me escapé de mi casa. Uno no piensa en ese momento de que va a tener hijos, que tal vez se van a enfermar, que tal vez no, que tal vez uno va a tener dinero para darles lo necesario".

Adriana habita en este conglomerado de miles de casas.

Una zona urbana de alta marginación en las barrancas de la delegación Álvaro Obregón.

Con auténticas favelas o ciudades perdidas que no aparecen en el mapa, las cuales contrastan con una de las zonas más exclusivas y de mayor crecimiento económico de la Ciudad de México.

Horacio Hernández, habitante de la delegación Álvaro Obregón, comentó "le llaman aquí cartolandia, porque somos muy marginados; ellos han hecho unas construcciones enormes, muros, edificios muy bien estructurados, la diferencia es que allá tienen todos los servicios".

Adriana y su esposo Manuel viven de recoger basura, es un trabajo duro y riesgoso que se paga con unas monedas.

Casi siempre se llevan los niños a trabajar, porque no tienen con quién dejarlos.

Horacio Hernández, narró "cuando vienen desde la mañana ellos nada más pasan por un refresco de medio y eso se lo tienen que dividir entre los cuatro, eso es lo que ellos comen a nuestra vista".

Al final de la jornada sí les va bien sólo juntan 100 pesos para vivir dos días porque sólo tienen trabajo cada tercer día.

Adriana tiene 24 años de edad y ya está perdiendo su dentadura, es consecuencia de su pobreza, está descalcificada, está desnutrida porque muchas veces no tiene que comer, porque su esposo muchas veces no tiene trabajo.

Adriana López dijo "yo no desayunaba, yo no comía, hasta que mi esposo llegaba era cuando yo comía. si nosotros tenemos una naranja, pues, partirla en cuatro y cada uno un pedazo a uno de los niños, aunque a nosotros no nos toque nada".

Adriana quería ser doctora y Manuel bombero pero no tuvieron la forma de salir adelante y se quedaron atrapados en este círculo de miseria.

En un entorno donde los jóvenes como ellos, son tentados por las drogas y el crimen.

Yolanda de la Rosa, habitante de la delegación Álvaro Obregón, comentó "las fuentes de trabajo que realmente proporciona consorcio Santa Fe, en si son muy pocas y muy mal pagadas, por eso luego se dedican hacer cosas malas, los orilla la necesidad, desgraciadamente así es".

A Manuel le da tristeza reconocer que a sus 23 años de edad no tiene las posibilidades de sacar su familia adelante.

Manuel Salinas, esposo de Adriana, dijo "yo veo el futuro, no va a ser algo bueno para mis hijos porque yo no tengo un trabajo que me dé a ganar, sé que a lo mejor si mis hijos quieren seguir estudiando, pues, con este trabajo no".

Hoy, por lo menos salió para comprar tres panes y un poco de leche para los niños.

Adriana otra vez dormirá con hambre; con el estómago vacío.

RAMG