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El mandatario de Estados Unidos puso un límite. El mes de enero para que un grupo de trabajo presente propuestas concretas para emprender "reformas reales".
Barack Obama encargó al vicepresidente, Joe Biden, que estará al frente de esa comisión, que estudie la problemática y presente un proyecto en esa fecha.
"Propuestas que luego yo respaldaré sin retraso, esta no es una comisión más de Washington, no habrá expertos estudiando un tema durante seis meses para luego publicar un informe que quede relegado al olvido".
En la Casa Blanca, el presidente respaldó el derecho de los ciudadanos de terne armas, pero sólo dentro de "limites responsables".
Y agregó que su país tiene la "profunda obligación" de debatir el control de armas de asalto.
"En estos últimos cinco días se ha reavivado el debate con respecto a lo que pudiéramos hacer no sólo para evitar masacres en un futuro, sino también para reducir la epidemia de la violencia de las armas que lastima a la nación todos los días".
Afirmó que la mayoría de los ciudadanos de su país, apoyan prohibir la posesión de armas.
"La mayoría de los estadounidenses están a favor de la prohibición de la venta de armas de asalto de corte militar, la mayoría de los estadounidenses están a favor de la prohibición de la venta de cartuchos de gran capacidad, la mayoría de los estadounidenses están a favor de que haya leyes que requieran el examen de antecedentes en todas las compras de armas".
Y mencionó que el acceso a la salud mental debería ser tan fácil como a las armas.
"No hay ley ni legislación que puedan evitar todo acto violento y sin sentido de nuestra sociedad. Debemos trabajar porque haya acceso a los servicios de salud mental, por lo menos un acceso tan sencillo a estos servicios como el acceso que se tiene a las armas. Deberemos analizar más de cerca una cultura que tan a menudo glorifica las armas y la violencia".
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