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CIUDAD DE MÉXICO, México, sep. 25, 2012.- En Primero Noticias le hemos informado ampliamente sobre lo que sucede en Nueva Jerusalén, Michoacán, incluso tuvimos una transmisión especial desde allá para contarle la historia de esta comunidad de fanáticos religiosos que, según reconoce el gobernador de Michoacán, es en realidad un pueblo sin ley, como si fuera otro país dentro de México.
Hasta ahora, la polémica se ha desatado porque los más radicales, los seguidores del obispo Martín de Tours, líder de la comunidad religiosa, derribaron unilateralmente la escuela que impartía educación no religiosa, que era la escuela a la que iban los hijos de los no tan radicales de Nueva Jerusalén, los seguidores del otro obispo, Santiago Mayor. Dos obispos a quienes, por cierto, la Iglesia Católica no reconoce. Oficialmente no son católicos aunque ellos se digan así.
Ahora le presentamos una nueva y mucho más grave arista del tema: Las denuncias contra la cúpula de Martín de Tours de cometer violaciones contra niños y mujeres, amparados en la oscuridad de su seminario y en el aislamiento de una comunidad que, hoy sabemos, tiene problemas mucho más profundos que obligar a las mujeres a vestirse como monjas, prohibir los besos y multar a quienes jueguen futbol. Es una historia de Mane Pérez Exposito.
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