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LIMA, Perú, feb. 03, 2011.- Perú es el mayor productor mundial de cocaína. Nueve de cada diez hojas de la coca van a parar a manos del narcotráfico. Es una danza millonaria que se refleja en una producción anual de 320 toneladas del polvo blanco, cuyo valor estimado en los mercados internacionales supera los 3 mil 200 millones de dólares.
Con ese peso monetario y su secuela de violencia y bandas criminales, el tema del narcotráfico no podía estar ausente de la campaña electoral presidencial en Perú.
La primera llamada al debate se dio en la tienda de la agrupación política Perú Posible. El ex presidente Alejandro Toledo, propugnó despenalizar el consumo de drogas como una manera efectiva de evitar la " mexicanización" del Perú.
Su iniciativa fue criticada por todos. Keiko Fujimori, que se postula a la presidencia, la calificó de absurda y dijo que aprobar la despenalización representaría el fin de la sociedad peruana.
Otro candidato presidencial, Pedro Pablo Kuckinski recordó que ya existe una despenalización en cantidades menores y que una nueva medida no agrega nada. "Tú despenalizas y todo el mundo se está coqueando", alertó.
De inmediato, el debate escaló a otros niveles más controversiales.
El candidato de Solidaridad Nacional, Luis Castañeda, ex alcalde de Lima, se cortó un mechón de sus cabellos ante las cámaras de televisión y dijo que él no tenía ni un pelo de drogadicto.
Todo el Perú entendió que la alusión estaba dirigida al ex presidente Toledo, quien en el pasado, se vio involucrado en un confuso incidente, con partes policiales de por medio, en los que se lo acusaba de consumir cocaína.
"Uno tiene tantos pelos en la cabeza que uno menos, no importa", dijo Castañeda y añadió que todos los candidatos presidenciales debían hacerse pruebas toxicológicas para comprobar que no consumen drogas.
De lo contrario, insistió, sería como poner "al gato de despensero".
El guante lanzado por el ex alcalde limeño fue rápidamente recogido por Keiko Fujimori, hija del ex presidente Fujimori, que marcha segunda y tercera en las encuestas. La mujer fue a un laboratorio médico, se hizo una prueba toxicológica y aprovechó para retar a los otros candidatos a hacer lo mismo.
Todos han respondido positivamente, excepto Alejandro Toledo y Ollanta Humala, candidato del nacionalismo.
Toledo señaló que nunca ha consumido algún tipo de drogas, pero dijo que no se someterá a ninguna prueba porque es un circo de mal gusto y acusó a sus rivales de querer desalojarlo, con artimañas, del primer lugar del favoritismo electoral.
Por su parte, Ollanta Humala dijo que antes de la prueba antidroga, lo que deberían hacer los candidatos presidenciales es someterse a un test de patriotismo.
Aún faltan poco más de dos meses para las elecciones generales en Perú, pero hasta el momento el debate de las propuestas se ha visto opacada por una declarada guerra sucia entre los candidatos.
En ese contexto, el tema de los test antidrogas han erizado aún más los puntos de encono, al punto que Mauricio Mulder, cabeza de lista del Apra al Parlamento, escribió en su twitter "Buena Toledo, pan, coca y trago. Hasta la victoria siempre".
La guerra está declarada.
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