El gobierno mexicano pone los ojos en China

Por Carla Aguirre Piris | Fuente: Noticieros Televisa | 2013-04-05

Leung Chun-ying y Enrique Peña Nieto

A través de su primera gira por Asia, la administración de Enrique Peña Nieto busca sentar las bases de una nueva relación con la segunda potencia mundial

CIUDAD DE MÉXICO, México, abr. 5, 2013.- El presidente Enrique Peña Nieto ha emprendido una visita oficial a la República Popular China y Japón, que incluye una parada en Hong Kong y la participación en la Conferencia Anual 2013 del Foro Boao para Asia, conocido como el "Davos chino".

China y Japón, las economías número dos y tres del mundo, son los primeros países en el continente asiático que Peña Nieto visita como presidente.

Con Japón existe una intensa relación económica; en 2012, México se convirtió en su principal socio comercial en América Latina y es el primer inversionista entre las economías asiáticas en el país. Al mismo tiempo,  existe una estrecha relación política-diplomática. Con China, la situación es más compleja y distante.

Con una población de más de 1,300 millones de habitantes y con un crecimiento económico sostenido durante una década a una tasa promedio de 10%, China desplazó en 2010 a Japón como la segunda economía del mundo. El tamaño de la economía china, de más de 5 billones de dólares, supera el PIB combinado de todas las economías de América Latina y el Caribe. La OCDE afirma que China superará a Estados Unidos como la primera economía del planeta en 2016, si lleva a cabo las reformas pendientes. De la mano del impresionante crecimiento económico se ha dado el posicionamiento político y militar de China como una superpotencia.

A pesar del avasallador peso de China en el sistema internacional, el gigante asiático no ha sido objeto de una agenda estratégica en la política exterior mexicana durante los últimos años. Los ojos de México han estado puestos en América del Norte y en la Unión Europea, dejando a la segunda potencia mundial en un plano secundario.

Si bien existen diversos mecanismos de diálogo e interlocución entre  China y México (Comisión Binacional Permanente entre México y China, Grupo de Alto Nivel, además de las visitas y encuentros en el marco de foros multilaterales)  y es China el país en el que más oficinas consulares mantenemos después de Estados Unidos y Canadá, las relaciones con este país han carecido de un sentido estratégico. A ello se suman desencuentros por asuntos coyunturales que han provocado mayores distancias, como la fiebre porcina que estalló en Asia, el brote de influenza H1N1 o la visita a México del Dalai Lama.

Con la gira presidencial, el gobierno mexicano da claras muestras de la intención de recomponer la relación política con China, así como de profundizar los vínculos económicos con ese país. Las recientes tomas de posesión de Xi Jiping y de Enrique Peña Nieto representan un escenario potencialmente propicio para el acercamiento.

A la par de la visita a China, el Estado mexicano ha dado otras señales respecto al objetivo de elevar el perfil de la relación bilateral, como es el nombramiento del Embajador Julián Ventura, exsubsecretario para América del Norte y  especialista en el continente asiático.

A pesar de la falta de dirección en las relaciones en el terreno político, las relaciones comerciales entre México y China han crecido de forma exponencial. Actualmente China es el segundo socio comercial de México. El intercambio comercial entre México y China creció 1,251% entre 2001 y 2011, al pasar de 4,309 a  58,213 millones de dólares, lo que representa una tasa media anual de crecimiento de 30%.

Sin embargo, las importaciones masivas chinas han provocado un enorme déficit comercial con nuestro país: una relación importaciones/exportaciones de 9:1. Al cierre de 2011, México registró un déficit de 46,283 millones de dólares  en su comercio con ese país.

Es necesario tener presente que gran parte de las importaciones chinas a nuestro país son componentes que son incorporados a productos que se arman en México y posteriormente son exportados a otros mercados. En este sentido, si bien es evidente la necesidad de cerrar la brecha en la balanza comercial, la clave para México está en el valor agregado a sus productos, y a la par, en las posibilidades que representan las inversiones chinas en la cadena productiva mexicana.

China representa hoy una oportunidad para México en diferentes sectores que el gobierno mexicano buscará poner sobre la mesa de negociación.

Uno de estos sectores es el petróleo. De acuerdo con la OPEP, China podría superar a Estados Unidos como el mayor importador de petróleo a nivel mundial en el 2014. El organismo identifica dos factores que apuntalan esta tendencia: una creciente demanda debido a un aumento en la capacidad de refinación en China y un aumento en la producción en Estados Unidos que reduciría su dependencia de importaciones. Así,  la disminución de las importaciones de petróleo en Estados Unidos dejará a México con un excedente petrolero para el que China representa un gran mercado potencial.

Otro de los temas económicos presentes en la agenda mexicana es la posible inversión de capitales chinos en infraestructura. China se ha convertido en un destacado proveedor de sistemas de trenes de alta velocidad, en tanto que la presente administración ha fijado al establecimiento de una red de transporte de este tipo como una de sus prioridades.

La promoción de México como destino turístico se encuentra también entre los objetivos del gobierno mexicano. En 2010, alrededor de 45 millones chinos salieron al extranjero;  la Organización Mundial del Turismo estima que para 2020 los viajeros chinos serán cerca de 100 millones.

La delegación mexicana que emprendió la gira tendrá como primer punto de contacto con el continente asiático Hong Kong. Ésta será la primera ocasión en que un presidente mexicano visite este territorio desde su regreso a la soberanía china en 1997. Ahí se llevará a cabo un encuentro con los 15 empresarios principales de uno de los centros financieros más importantes del planeta, con miras a atraer inversiones a nuestro país.

Desde el punto de vista geopolítico, México buscará asegurar que su entrada al TPP (Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económico) no se inscriba en detrimento de las relaciones bilaterales con China. Al mismo tiempo, México se presentará como un atractivo socio diplomático con base en los intereses compartidos en diversos foros multilaterales.

Además, el gobierno mexicano buscará estrechar vínculos en materia de intercambios educativos y culturales,  con miras a generar un mayor entendimiento mutuo.

Las crisis económicas de 2008 en Estados Unidos y 2011 en Europa han favorecido a China como centro de poder.  La CEPAL considera que las economías de China y América Latina y el Caribe, que crecerán  en los próximos años entre dos y tres veces más rápido que las economías industrializadas, son los polos de desarrollo mundial del momento, ya que en los próximos años las economías industrializadas deberán ajustarse a un contexto de menor crecimiento y mayor desempleo. Por lo tanto, nos encontramos ante una coyuntura internacional que invita a repensar las estrategias de alianzas, y a conceder una mayor relevancia a los vínculos en el comercio, la inversión extranjera directa y la cooperación.

El escenario internacional está dado. La actual administración ha puesto sus ojos en China, ya veremos si el dragón nos regresa la mirada.

 


AAE

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