Casos de pederastia marcaron al Vaticano

Otro de los grandes retos durante el pontificado de Benedicto XVI fue sin duda reconocer y hacer frente al escándalo desatado por casos de pederastia clerical

CIUDAD DE MÉXICO, México, feb.13, 2013.- El 20 de diciembre de 2010, el Papa Benedicto XVI expresó dolor por el escándalo de pedofilia.

"Quedamos azorados al saber sobre el abuso de menores por parte de sacerdotes, a un grado inimaginable para nosotros, abusos que hirieron profundamente a la persona humana en su niñez y que lo dañaron por toda la vida. Debemos aceptar esta humillación, como un llamado a la verdad y a la renovación", dijo el Pontífice.

Ese 2010, el escándalo por los casos de pederastia clerical llegó a su punto más ríspido. Las denuncias llegaban principalmente de Irlanda, Estados Unidos, México y Alemania.

Según expertos, la crisis no se desató por un incremento en el número de ataques sexuales, sino porque los casos salían a la luz.

Bernardo Barranco, vicepresidente del Centro de Estudios para las religiones, señalaba en marzo del 2012:

"Él tiene el gran escándalo de la pederastia que es el escándalo planetario, se viene fermentando desde el 99 y va creciendo".

Por su parte, el doctor Jorge Traslosheros, del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, decía: "Cómo es posible que quien está llamado para ser el protector de los niños se convierta en un escandalizador".

Benedicto XVI reconoció públicamente los abusos sexuales cometidos por religiosos. Cuestión que, aseguran los expertos, no fue vista con buenos ojos en el Vaticano. La crítica más fuerte vino de un grupo ultraconservador que pedía dar al tema un trato moderado.

"Le plantean asumir el caso como un complot internacional, en contra de la Iglesia, porque implicaba a grandes monseñores que habían tolerado la pederastia. Le dicen: Benedicto XVI, manejemos la crisis como un ataque político que viene de sectores liberales, seculares y mediáticos y fortalezcamos la unidad", explicaba en marzo de 2012 Bernardo Barranco.

Sin embargo, el Papa defendió su postura.

Al respecto, Jorge Traslosheros subrayaba: "No se vale, lo ha dicho Benedicto XVI muchas veces, ocultar la verdad en aras de defender el honor de la Iglesia con algo que está podrido".

Incluso, admitió fallos de los jerarcas católicos:

"Que la autoridad de la Iglesia no era suficientemente vigilante y no suficientemente veloz y decidida para adoptar las medidas necesarias", decía el Papa en diciembre de 2010.

Y se convirtió en el primer Papa en reunirse con víctimas de sacerdotes pederastas.

En marzo de 2010, el Papa Benedicto XVI ofreció una disculpa a las víctimas de pederastia a través de una carta, que si bien estaba dirigida a los católicos de Irlanda, país donde el escándalo cobraba gran fuerza, aludía a todos los menores agredidos por integrantes de la Iglesia Católica.

Dos años después, la disculpa fue ante 15 mil sacerdotes de más de 90 países.

En diciembre de 2012, Benedicto XVI decía:

"También nosotros pedimos perdón insistentemente a Dios y a las personas afectadas, mientras prometemos que queremos hacer todo lo posible para que semejante abuso no vuela a suceder jamás".

Benedicto XVI ordenó la inmediata inspección de diócesis, seminarios y congregaciones que habían sido denunciadas por presuntos casos de agresión sexual y pidió el resarcimiento económico de los daños. Hasta ahora, el Vaticano ha dado más de dos mil millones de dólares para cubrir los gastos por asesoría legal y terapias psicológicas de las víctimas.

El Pontífice también impulsó reformas a gran escala. Por ejemplo, de los Legionarios de Cristo, orden conservadora de origen mexicano, que en su momento, denunciaban las víctimas, fue defendida por el Papa Juan Pablo II, tras las constantes acusaciones por agresión sexual.

Sin embargo, nunca hubo sanciones.

El método de Benedicto XVI, según expertos, fue traducir los delitos en pecados, cuestión que provocó críticas principalmente de quienes fueron agredidos.

"Una disculpa no es suficiente cuando la vida de un abusado ha sido echada a perder", manifestó el Papa en diciembre de 2010.

El 6 de febrero pasado, el fiscal del Vaticano para los delitos graves de los sacerdotes, Robert Olliver, reveló que la oficina a su cargo recibe cada año un promedio de 600 denuncias contra clérigos pederastas.

Según el reporte, el mayor número de acusaciones se registró en el 2004, último año del pontificado de Juan Pablo II, en el que llegaron al Dicasterio Vaticano más de 800 denuncias.

AAE