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El rescate simulado de una víctima de secuestro, forma parte del entrenamiento básico militar del Ejército y Fuerza Aérea mexicanos.
Ocho soldados a bordo de dos camionetas llegan a un inmueble, cuatro de ellos se aproximan al frente y dos en cada flanco. Con un disparo abren la puerta e ingresan para detener a dos personas que son desarmadas y subidas a los vehículos militares en una operación que fue de minutos.
El entrenamiento básico militar en su primera fase, dura ocho semanas.
"Antes de iniciar su adiestramiento, previo a su examen médico ellos empiezan a agarrar su condición física, aprenden a marchar, aprenden a manejar un arma, aprenden a tirar", explica el teniente de Infantería, Mario López Saúl López.
La prueba física más demandante para los aspirantes a las Fuerzas Armadas es recorrer un circuito de 20 obstáculos cargando 16 kilos de equipo entre arma, fornitura, casco, chaleco y maleta.
"Al término de este adiestramiento ellos tienen que pasar a su segunda fase de adiestramiento que es la especialización".
En lo que va del año, tan sólo en el Campo Militar 1-A de la colonia Lomas de Sotelo en la Ciudad de México, han acreditado el curso y se han integrado a las fuerzas armadas mil 100 reclutas, entre los que se encuentran 80 mujeres.
Existe un centro de adiestramiento en cada una de las 12 regiones militares en los estados de la república y cuatro en el Valle de México.
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