Aborto y eutanasia atentan contra la paz: Benedicto XVI

Por Noticieros Televisa | Fuente: Noticieros Televisa | 2012-12-14

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El Papa advirtió que todos los ataques contra la vida son atentados contra la paz

CIUDAD DEL VATICANO, Italia, dic. 14, 2012.- El Papa Benedicto XVI advirtió que el aborto, la eutanasia y todos los ataques contra la vida humana en cualquiera de sus fases son verdaderos atentados contra la paz y la convivencia pacífica de la humanidad.

Benedicto XVI hizo estas consideraciones en su mensaje para la 46 Jornada Mundial de la Paz, que la Iglesia católica celebrará el próximo 1 de enero de 2013, y cuyo contenido fue dado a conocer este día por la sala de prensa del Vaticano.

"El camino para la realización del bien común y de la paz pasa ante todo por el respeto de la vida humana, considerada en sus múltiples aspectos, desde su concepción, en su desarrollo y hasta su fin natural", escribió.

"Auténticos trabajadores por la paz son, entonces, los que aman, defienden y promueven la vida humana en todas sus dimensiones: personal, comunitaria y transcendente. La vida en plenitud es el culmen de la paz. Quien quiere la paz no puede tolerar atentados y delitos contra la vida", agregó.

Según el pontífice, quienes no aprecian suficientemente el valor de la vida humana y sostienen la liberación del aborto, tal vez no se dan cuenta que, de este modo, proponen la búsqueda de una "paz ilusoria".

Afirmó que la huída de las propias responsabilidades, que envilece a la persona humana, y la muerte de un ser inerme e inocente, nunca podrán traer felicidad o paz.

Además cuestionó cómo es posible pretender conseguir la paz, el desarrollo integral de los pueblos o la misma salvaguardia del ambiente, sin que sea tutelado el derecho a la vida de los más débiles, empezando por los que aún no han nacido.

"Cada agresión a la vida, especialmente en su origen, provoca inevitablemente daños irreparables al desarrollo, a la paz, al ambiente", insistió.

Deploró el intento por codificar de manera subrepticia "falsos derechos o libertades" que, mediante el uso hábil de expresiones ambiguas encaminadas a favorecer un pretendido derecho al aborto y a la eutanasia, amenazan el derecho a la vida.

A lo largo de las 19 páginas del texto, dedicado al tema "Benditos los operadores de paz", el líder católico puso el dedo en la llaga de prácticamente todos los temas delicados de la actualidad que preocupan a la Iglesia, del matrimonio homosexual al desempleo.

Pidió que la estructura natural del matrimonio sea reconocida y promovida como la unión de un hombre y una mujer, "frente a los intentos de equipararla desde un punto de vista jurídico con formas radicalmente distintas de unión".

Estas otras formas de unión, en realidad, "dañan y contribuyen" a la desestabilización de la misma familia, "oscureciendo su carácter particular y su papel insustituible en la sociedad", ponderó.

Joseph Ratzinger precisó que la defensa de la vida y el matrimonio heterosexual, la oposición al aborto y a la eutanasia no son "verdades de fe" sino que están inscritos en la misma naturaleza humana, se pueden conocer por la razón, y por tanto son comunes a toda la humanidad.

Por eso explicó que la Iglesia, al promoverlos, no tiene un carácter confesional ni apela a la libertad religiosa, sino que se dirige a todas las personas prescindiendo de su afiliación religiosa.

"Esta acción se hace tanto más necesaria cuanto más se niegan o no se comprenden estos principios, lo que es una ofensa a la verdad de la persona humana, una herida grave infringida a la justicia y a la paz", estableció.

Más adelante en su mensaje, el Papa defendió el derecho a la libertad religiosa, al uso del principio de la objeción de conciencia con respecto a leyes o medidas gubernativas que chocan con las propias creencias y a la libertad de los padres de elegir el tipo de educación de los propios hijos.

Lamentó que, incluso en países con una antigua tradición cristiana, se están multiplicando los episodios de intolerancia religiosa, especialmente en relación con el cristianismo o de quienes simplemente llevan signos de identidad de su religión.

También puso en guardia contra el embate de una ideología del liberalismo radical y de la tecnocracia que debilitan los derechos y deberes sociales, como el derecho al trabajo considerando al ser humano un mero instrumento al servicio del mercado.

Ante un panorama negativo, marcado por la crisis económica y la crisis alimentaria internacional, Benedicto XVI instó a impulsar un nuevo modelo de desarrollo, que respete la vida y la dignidad humana.

"El (sistema) que ha prevalecido en los últimos decenios postulaba la maximización del provecho y del consumo, en una óptica individualista y egoísta, dirigida a valorar a las personas sólo por su capacidad de responder a las exigencias de la competitividad", constató.

"La paz no es un sueño, no es una utopía: la paz es posible. Nuestros ojos deben ver más allá de las apariencias, para descubrir una realidad positiva que existe en nuestros corazones, porque todo hombre ha sido creado a imagen de Dios y llamado a crecer, contribuyendo a la construcción de un mundo nuevo", apuntó.

Con información de Notimex

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