Reasignación de sexo en el DF, un trámite complejo

Irina Layevska nació siendo un hombre, pero a los 34 años decidió cambiar

CIUDAD DE MÉXICO, México, ene. 11, 2013.- Ella es Irina Layevska, tiene 47 años de edad. Adoptó este nombre polaco aunque ella es de la Ciudad de México.

Nació con sexo masculino, pero después de 34 años, decidió no serlo más y prefirió convertirse en mujer. Para ello se sometió a una intervención quirúrgica.

Asegura que cambiar de sexo no fue tan difícil como enfrentarse a la discriminación durante el proceso para obtener su nueva identidad.

"Descubrimos que en este andar de la vida, que somos personas indocumentadas en nuestro país y como tal nos tratan. A donde voy me tratan como mujer pero si presentaba yo un documento con un nombre masculino, el cambio es radical, violento, agresivo y la discriminación en este país mata".

Para obtener un acta de nacimiento con la nueva identidad, Irina tuvo que emprender un juicio ante un juzgado del Tribunal Superior de Justicia del DF.

Una vez que la jueza emitió un dictamen a su favor, se fue al Registro Civil para solicitar el acta nueva.

Después de 15 días le entregaron el documento para luego modificar la Clave Única de Registro de Población (CURP).

Posteriormente otro trámite para obtener la nueva credencial del IFE.

"Nos tratan como bichos de laboratorio, como: si te hago el favor, no por derecho, sino porque el funcionario o funcionaria, cree tener el poder para hacer el favor de ejercernos un derecho, es su obligación, porque está en sus funciones, sino porque se compadecen y si no el trámite tarda más".

Después acudió a solicitar un nuevo pasaporte, para obtenerlo tuvo que esperar tres meses.

"No nos tratan como ciudadanos, el hecho de tener que apegarnos a una ley para tener derecho a mi identidad no es normal. El trámite tendría que ser más sencillo, un trámite administrativo con testigos, si, con un dictamen, si pero para que enriquecer abogados buitres que viven a expensas de una población que por naturaleza es discriminada".

Irina trabaja en el Área Administrativa de la UNAM.

Padece esclerosis múltiple, tiene enfisema pulmonar severo, desde hace 23 años cotiza en el ISSSTE, está casada con una mujer y asegura que no le puede heredar su pensión.

"Yo estoy sentenciada a muerte, no quiero pensar cuando, pero es una realidad, tengo derecho al ISSSTE pero no he podido dar de alta a mi pareja, mi mujer, en el ISSSTE y me voy a morir y ella no va a poder gozar de mi pensión, la nueva ley no contempla eso. El ISSSTE es federal y la ley es del DF, estamos en ese pleito, estoy tramitando un amparo".

Irina y su esposa aún guardan esperanzas en lograr concluir este último trámite.

AGHO