Xi Jinping gobernará China

Por Eduardo López Segura | Fuente: Noticieros Televisa | 2012-11-15

Xi Jinping

Quién es y cómo llegó hasta esa posición. Qué cargos asumió hoy y por qué hasta marzo asumirá la presidencia. Cuál es su postura político-ideológica y qué se espera de él

CIUDAD DE MEXICO, México, nov. 15, 2012.- El vicepresidente chino Xi Jinping de 59 años, fue nombrado hoy secretario general del Partido Comunista de China y presidente de la Comisión Militar Central, con lo que asume desde hoy dos de los tres brazos de poder en el régimen comunista (Partido y Ejército), pero tendrá que esperar cuatro meses para liderar el Estado (tercer brazo de poder) como presidente de la República popular China durante diez años en sustitución de Hu Jintao.

Xi Jinping obtendrá ese cargo en marzo de 2013, durante el plenario anual de la Asamblea Nacional Popular (máximo órgano legislativo), que votará y aprobará su nombramiento -y el de otros altos cargos del Estado y el Gobierno- en su sesión de clausura.

En un país donde no hay separación de poderes, este trámite se ve como un mero formalismo, ya que buena parte de los diputados de la Asamblea Popular son a la vez delegados del recién finalizado XVIII Congreso del Partido Comunista, así que nadie duda de que Xi recibirá el visto bueno para ser el supremo líder del Estado, siéndolo ya del Partido y del Ejército.

Su antecesor Hu Jintao ya siguió este camino, al ser elegido secretario general del Partido Comunista en noviembre de 2002 y presidente chino en marzo de 2003. Pero en su caso, el control de las Fuerzas Armadas no llegó hasta 2004, ya que su antecesor, Jiang Zemin, tomo la sorprendente decisión de retener el liderazgo de la Comisión Militar dos años más de lo esperado.

El todavía presidente chino había prometido a los líderes militares del país que no seguiría la controvertida decisión de su antecesor y dejaría la jefatura de la Comisión Militar junto a la del Partido (en 2012) y la del Estado (en 2013).

En todo caso, la Asamblea Nacional tiene que ratificar también en marzo el nombramiento de Xi como máximo jefe militar, así que estos meses será solo presidente de la "Comisión Militar del Partido" y hasta marzo presidirá la "Comisión Militar Estatal".

En cuanto a los otros miembros del Comité Permanente del PCCh elegidos hoy, algunos de ellos seguirán similar camino al de Xi y en marzo obtendrán los más importantes cargos en el Estado.

Por ejemplo, el viceprimer ministro chino, Li Keqiang, que desde hoy es el "número dos" del partido está llamado a ser elegido por la asamblea en marzo como nuevo primer ministro del país, en sustitución de Wen Jiabao.

El "número tres" del grupo de elegidos hoy, el también viceprimer ministro Zhang Dejiang, será elegido dentro de cuatro meses, si se cumplen las reglas no escritas del relevo comunista, como nuevo presidente de la Asamblea Nacional, es decir, máximo líder legislativo del país.

Un Xi sonriente y, en apariencia, muy cómodo ante las cámaras, encabezó hoy la fila de miembros del nuevo Comité Permanente  -el máximo órgano dirigente del PCCh- al presentarse ante la prensa internacional como nuevo secretario general del Partido en el Gran Palacio del Pueblo, lugar donde se llevó a cabo el XVIII Congreso del Partido Comunista del 8 al 14 de noviembre.

En su discurso de presentación en el Gran Palacio del Pueblo en Pekín, Xi prometió: "lucharemos para hacer realidad el deseo de la gente de una vida mejor".

Admitió que el Partido Comunista afronta una serie de importantes problemas, desde la "corrupción y aceptación de sobornos" a "la desconexión con el pueblo" y el "énfasis indebido en la burocratización y las formalidades".

El Partido, consideró, puede "estar orgulloso pero no caer en la complacencia, y nunca nos dormiremos en los laureles".

El pueblo chino ansía "una mejor educación, empleos más estables, más ingresos, mayor seguridad social, mejores cuidados de la salud, mejores condiciones de vivienda y un medioambiente mejor", declaró Xi.

Su discurso marcó un fuerte contraste con el estilo de antecesor quien en sus comparecencias públicas se limitaba a leer en un tono monocorde textos previamente revisados decenas de veces. Xi, por el contrario, utilizó un lenguaje corriente, lejos de la retórica comunista favorecida por Hu, con una pronunciación sin acento -sus predecesores siempre tuvieron acentos regionales-, y miró constantemente a sus interlocutores, a los periodistas chinos y a los extranjeros.

Aún se desconoce qué camino emprenderán el nuevo líder chino y el Comité Permanente nombrado hoy.

Aunque su llegada al poder era "vox populi" desde hace años, hasta el momento Xi había optado por no dar indicios acerca de cuáles son sus intenciones para el futuro, para no molestar a ninguna de las facciones comunistas que consensuaron su nombramiento.

Y aunque no hay pistas acerca de si optará por el camino de las reformas -y en ese caso, cuáles- o preferirá mantener las cosas como están, sí hay indicios de que su estilo de mando será distinto del tecnócrata Hu Jintao.

Recientemente se filtró a la prensa que se había reunido el pasado julio con el prominente reformista Hu Deping, hijo de Hu Yaobang, el secretario general del PCCh bajo cuyo mando durante los años ochenta China conoció un significativo periodo de apertura.

Los analistas también destacan que a diferencia de Hu Jintao -del que no se conocen con certeza ni siquiera datos tan básicos como su lugar preciso de nacimiento- se hayan proporcionado numerosos detalles biográficos sobre el nuevo líder, desde su gusto por las películas de acción de Hollywood hasta su ausencia del nacimiento de su hija, Xi Mingze, por motivos de trabajo.

"Ha habido un esfuerzo por crear una narrativa" en torno a Xi, destaca Kerry Brown, catedrático de Política China en la Universidad de Sidney, para quien puede ser un signo de que cabe esperar "un tipo de líder más humano".

Aun así, en las redes sociales los ciudadanos chinos encontraban razones para ver en el relevo una mejora: "Por fin un hombre que habla normal", era uno de los comentarios más repetidos tras su discurso.

Quién es Xi Jinping

El vicepresidente chino, Xi Jinping, es un candidato de consenso entre las facciones de poder que, sobre todo, ha sabido agradar a unos y a otros.

Alto, de carácter abierto y seguro de sí mismo, ha sabido hacer carrera en las provincias, lejos del centro de poder en Pekín, y se ha creado una imagen de pragmático, capaz de resolver problemas difíciles, y discreto, hasta el punto de que hasta hace muy poco se le conocía, más que por sus cargos, por estar casado con Peng Liyuan, una famosa cantante folclórica china.

En sus contactos con el exterior ha dejado la impresión de ser un hombre con quien se puede dialogar.

Nacido en Pekín en 1953, Xi es uno de los "principitos" o hijos de familias de altos dirigentes del régimen. Su padre, Xi Zhongxun, fue uno de los fundadores del PCCh.

Pero en 1962 la fortuna familiar daría un vuelco, cuando Xi Zhongxun, entonces viceprimer ministro, cayó en desgracia y acabó en prisión.

Su hijo, como otros tantos jóvenes durante la Revolución Cultural, fue enviado al campo, a la provincia norteña de Shaanxi, a reeducarse y "aprender de las masas".

La soledad que allí vivió y el duro trabajo físico hicieron que siempre haya criticado la Revolución Cultural.

A su regreso a Pekín, estudió Ingeniería Química en la Universidad de Tsinghua. En 1974 ingresó como miembro en el Partido Comunista, que le trasladó como secretario local de la formación a la provincia de Hebei.

Durante los años ochenta, como mando intermedio en Hebei, visitó el Estado agrícola de Iowa en Estados Unidos, un viaje del que ha hablado con calidez y que reviviría un cuarto de siglo después, en su primera visita oficial como vicepresidente a la primera potencia.

Desde Hebei fue promovido a puestos de cada vez mayor relevancia en las provincias de Fujian y Zhejiang, en la próspera costa este del país.

En Fujian, Xi, divorciado de su primera esposa, Ke Lingling, tras tres años de matrimonio, conoció a Peng, ya entonces una cantante de renombre y con quien se casó en 1987 en el aniversario de su primera cita. Su hija, Xi Mingze, estudia en la Universidad estadounidense de Harvard bajo un seudónimo, según la prensa norteamericana.

En 2007 fue nombrado secretario del PCCh en Shanghái, la segunda ciudad del país, después de que su predecesor, Chen Liangyu, fuera cesado por corrupción.

Ese mismo año pasó a formar parte del Comité Permanente del Politburó, el máximo órgano del Partido. Un año después se convertía en vicepresidente.

Al frente del país permanecerá los próximos diez años, una etapa clave en la que se espera que China se convierta en la primera economía mundial. Xi tendrá que decidir cómo imprime su sello a este decenio.

Para Arlen Ramírez Uresti, profesora investigadora del Tecnológico de Monterrey, campus Toluca, la elección de Xi Jinping fue una decisión bien acogida por la comunidad internacional y en especial por occidente, porque abre las puertas a una modernización de China en los próximos diez años y a una apertura en cuestiones económicas que beneficiará al comercio internacional con Estados Unidos y otros países, a reserva de que la propuesta del presidente de EU, Barak Obama, de aumentar los impuestos a los más ricos en la Unión Americana, no haga quebrar a decenas de empresas que no puedan sostener la carga fiscal y se reduzca el número de corporaciones estadounidenses que puedan aprovechar la coyuntura de apertura en China.

Aún así, habrá que esperar las decisiones económicas con el llamado "precipicio fiscal" en EU, sus consecuencias y la ratificación de Xi Jinping como presidente de la República popular China.

Te recomendamos»

Haz de noticieros tu página de incio

[[user.name]]

@[[user.screen_name]]

[[text]]

Noticieros televisa en facebook

[[from]]

[[description]]

[[date|date 'DD/MM HH:mm']]