Pepenadores del primer mundo

Muchos de los alimentos que la gente desecha en Canadá están aún en buen estado y esto es aprovechado por algunos estudiantes, quienes buscan su comida entre los desperdicios

CANADÁ, oct. 30, 2012.- A pesar de que Canadá es conocida como un país vasto y rico, no siempre puede ofrecer los mejores productos gastronómicos a su sociedad.

Los precios de las mercancías son exuberantes y ciertos estudiantes, quienes cuentan con pocos recursos económicos, han encontrado una alternativa de alimentarse; recogiendo los restos en la basura.

"Soy estudiante y, como la mayoría de muchos, no tengo dinero. Busco en la basura para satisfacer mis necesidades, para mí es más barato. Me gusta buscar en la basura para obtener la mayoría de los alimentos y comprar lo menos posible. Es dar y recibir", dice el estudiante Alexander Des Ruisseaux.

Cada año miles de productos de toda clase llegan del extranjero a Canadá. Afortunadamente para los estudiantes, muchos de estos productos se encuentran rápidamente en la basura, convirtiendo esto en un tesoro abandonado para los pepenadores del primer mundo.

"Soy yucateco, producto 100% mexicano. Y hace 8 años que trabajo aquí en Canadá en este mercado y en las tardes recolecto todos los desperdicios para regalarle a la gente de bajos recursos", dice por su parte José Cornelio Coral Estrada, vendedor de frutas y legumbres.

Otro estudiante, Berthier Lessard, cuenta su experiencia:

"Busco en la basura con el objetivo de reducir al máximo el desperdicio, para mí es menos costoso. Lo que se encuentra en los desechos está en buen estado y además maduro: por ejemplo, puedo encontrar un mango en su mejor punto. Soy estudiante de agronomía, y en la universidad aprendo a aumentar la producción agrícola, pero al mismo tiempo veo el desperdicio masivo que se lleva a cabo".

Según la nutrióloga Catherine Lefebvre, el desperdicio se inicia en donde se siembra el primer grano:

"El desperdicio de alimentos empieza en los cultivos. Todos desperdician, desde el agricultor, los supermercados, el consumidor. Para mí, la gente que recoge la comida de la basura, es una buena manera de disminuir el porcentaje de desechos gastronómicos".

Para otros, el compromiso no se estanca solamente en la recuperación individual, va más allá. Los alimentos recuperados sirven para educar a miles y miles de estudiantes.

"Formamos a miles de jóvenes en Quebec para desarrollar las habilidades y conocimientos culinarios cruciales con el objetivo de poder comer y alimentar a sus familias", subraya Jean-François Archambault, director general de La Tablée des chefs, escuela de gastronomía.

Según un estudio realizado en la Universidad de McGill, un consumidor desperdicia un 40 % de alimentos, lo que por año significa más de 180 kilos de comida perdida, y la mayoría de estos desperdicios, provienen de basuras familiares. Una parte de estos alimentos van a la composta, pero a menudo, terminan en las alcantarillas.

En Canadá, a cada año se desperdician más de 13 millares de dólares canadienses en alimentos, lo que representa 6 millones de toneladas de desperdicios culinarios. Y según estadísticas, Canadá, el 9 % de su población vive en la pobreza.