Los mayas del sur

Por Alberto Tinoco | Fuente: Noticieros Televisa | 2012-10-29

Pirámide maya

Arqueólogos del INAH realizan un arduo proceso de investigación en la zona arqueológica de Dezibanché, para conocer a laos mayas del sur

CIUDAD DE MÉXICO, México, oct. 30, 2012.- Según los mayas Bacalar  es el lugar donde nace el cielo y su laguna de los siete colores en el sur de Quintana Roo donde comienza el Sacbe de los mayas del sur

En esta selva de árboles milenarios entre los ecos del saraguato y el ruido escurridizo de la serpiente se esconden los secretos de antiguas ciudades pérdidas en el tiempo de los tiempos hace más de mil 500 años.

Este podría ser uno de los eslabones perdidos de la dinastía Kaan o "Cabeza de Serpiente", uno de los linajes mayas más importantes de estirpe guerrera que conquistaron a sangre y fuego otros territorios mayas.

Estamos en Dzibanché, una ciudad prehispánica con más de 30 kilómetros de extensión formada por cuatro conjuntos comunicados por un Sacbé que eran los senderos o caminos mayas.

"Al iniciar nuestras investigaciones encontramos, pues primero la arquitectura monumental que era necesaria trabajarla, pero después con las investigaciones que fuimos haciendo pues fueron surgiendo otras interrogantes. Ahorita de Dzibanché, sabemos que fue el asentamiento, en el clásico que es su mayor apogeo, de una de las dinastías más importantes, que es la dinastía Kaan", dijo Sandra Balanzario, arqueóloga del Proyecto Dzibanché.

Las primeras respuestas se encontraron hace apenas cuatro años en el llamado Templo de los Cormoranes de Dzibanché que comenzó a develar el misterio de los antiguos mayas del sur.

"Si tu lo observas tiene un estilo arquitectónico con pilastras pareadas que es propio de Dzibanché, es el estilo asociado a la dinastía Kaan y este estilo únicamente lo encuentras en esta zona", señaló la arqueóloga Balanzario.

El edificio a parte de la estructura que refleja y de la monumentalidad que tiene en su interior se encontraron siete cámaras funerarias.

Se trata de una Necropolis y no se descarta la posibilidad de que todavía existan otras tumbas prehispánicas al interior del templo.

"Fue construido para resguardar los restos de los gobernantes pertenecientes a la dinastía Kaan.  Tienen una ofrenda pues bastante rica, también tienen máscaras de jade, fueron depositados sobre pieles de jaguares encontramos todas las garras del jaguar, vasijas polícromas. Este tipo de vasijas además que representan están con dibujos de Cormoranes, hay vasos que tienen representación de esta ave acuática que es el Cormoran asociada al inframundo", comentó la investigadora del proyecto Dzibanché.

En la fachada norte del templo de los Cormoranes se conservan vestigios de un mural en bajo relieve, que muestra la montaña sagrada de la dinastía Kaan.

"Exploramos esa área que es la fachada norte del basamento de este edificio y nos vamos encontrando con este bello mural, también con una policromía, con colores rojos, verdes, azul turquesa, amarillos negros, pero con representaciones de la montaña sagrada que está asociada al linaje, está enfatizando el linaje de esta dinastía aquí en Dzibanché", destacó Sandra Balanzario investigadora del Proyecto Dzibanché.

"Esta zona se conoce como el edificio de los Cormoranes y su interés radica precisamente en estos restos de policromía, porque normalmente es extraño que se conserve un mural con relieves y una policromía original tan amplios, de ahí el interés en la intervención", dijo Marina Encuentra, restauradora del proyecto Dzibanché.

Pero el carácter de esta dinastía en Dzibanché queda reflejado en la máscara o figura de un cautivo o prisionero con la boca cosida, figura que explica la arqueóloga Balanzario:

"Nosotros hemos encontrado aquí ofrendas pues bastante ricas, pero con materiales del post clásico tardío, estos incenciarios efigie con dioses descendentes o tipo Chén Mul modelado los encontramos aquí, dispersos en esta superficie acompañados con restos óseos desmembrados, de individuos que fueron desmembrados en el momento de un ritual y dispersos en toda esta superficie en esta zona. Y uno de los hallazgos más bellos que hemos encontrado es un hueso tallado con una escena de la extracción del corazón de un sacerdote maya totalmente con su atuendo y el personaje dispuesto sobre una piedra de sacrificio".

Este templo podría ser la tumba de una de las fundadoras de la dinastía Kaan. No se sabe su nombre, pero se le conoce como el templo del Búho, asociado a la ofrenda encontrada al interior.

"Su nombre se debe a la ofrenda que tenía esta señora, es una vasija con un búho, es una vasija polícroma y la tapa lleva la cabeza de un búho", señaló la arqueóloga del INAH Sandra Balanzario.

Sandra Balanzario, fue una de las colaboradoras del arqueólogo Enrique Nalda, fallecido en 2010 y cuyo trabajo ha sido fundamental para entender a los mayas del sur.

Esta arqueóloga  y su equipo decidieron seguir las investigaciones de Enrique Nalda en Dzibanche,  donde actualmente realiza trabajos de restauración y mantenimiento de las estructuras principales.

Esta es la pequeña acrópolis de Dzibanché. Lo que podría haber sido la zona administrativa de la ciudad. En donde se restauran paredes que guardan vestigios de pintura polícroma. En las que aún se distinguen glifos.

"Si observas aquí es la representación de un escudo, aquí ves el perfil de un rostro, la nariz y parte de la boca, entonces también tenemos de personajes, otros tenemos con seudoglifos. Aquí tienes un kinkunsé, que es un símbolo con cuatro puntos. Este tipo de trabajos que hicieron sobre estos aplanados están fechados en el post clásico, mil 100, mil 200 ya cuando el edificio ya no funcionaba", comentó la arqueóloga Balanzario.

Imagine estas estructuras con enormes bóvedas, pintadas de rojo, decoradas con glifos en sus muros.

Actualmente lo que estamos haciendo es intentar conservar las pinturas murales que estaban en riesgo de desprendimiento y de poder desaparecer en poco tiempo. Aquí principalmente hemos enfocado tres áreas de intervención con tres restauradoras. Palacio norte y palacio sur, porque es donde más policromías hemos encontrado.

Aquí están varios trabajadores trabajando por lo último que queda por intervenir que son los estucos sin policromía porque eran menos prioritarios y estos de acá los tenemos terminados porque son dos meses de intervención la prioridad era que no se cayeran y lo último que queda por hacer es en algunas ocasiones como esta de acá, eliminar este velo que son carbonatos es un tipo de deterioro que no perjudica en nada la pintura pero también impide ver un poco la policromía roja. En este caso pues lo que quedaría por hacer para campañas posteriores ya son retoques principalmente estéticos?, señaló Ariadna Robles, restauradora INAH, integrante del  Proyecto Dzibanché.

Dzibanché se encuentra a poco más de 70 kilómetros de Chetumal, apenas tiene 20 años de estudio que en arqueología no es nada, si se toma en cuenta que sitios como Tikal o Palenque llevan alrededor de 100 años de investigación arqueológica. Dzibanché sólo es el principio de un libro abierto de los mayas del sur.

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