Artículos relacionados »
CIUDAD DE MÉXICO, México, oct. 17, 2012.- La trágica muerte de la adolescente Amanda Todd llevó al Parlamento canadiense a comenzar el debate de una ley para combatir el acoso escolar y cibernético.
Hace apenas un mes, esta joven que vivía en una localidad cercana a la ciudad de Vancouver subió un video a internet.
En él, Amanda decidió revelar su historia. Solamente con tarjetas resumió sus últimos tres años de vida.
En nueve minutos y sin pronunciar una palabra, Amanda explicó que desde los doce años de edad sufrió hostigamiento en su escuela y a través de las redes sociales. Desde que conoció, en un videochat, a un joven que al principio parecía de lo más agradable.
Amanda sólo quería conocer a gente nueva, a más amigos; ella no sabía que él era un pedófilo.
Y con engaños la convenció de mostrarle sus senos. A la vuelta de un año, este sujeto volvió a contactar a Amanda para chantajearla. La amenazó con difundir esa imagen, si no se desnudaba por completo ante la cámara de su computadora.
Ella accedió, el problema es que al criminal abrió una página en la red social más popular del mundo, con la fotografía de Amanda sin ropa.
Por si fuera poco, se la mandó a los amigos, compañeros de clase y hasta a los profesores y familiares de Amanda.
El resultado: ansiedad, depresión, severa, desorden de pánico y adicción al alcohol y a las drogas.
También comenzó la vorágine de insultos y burlas en su colegio. El acoso la orilló a cambiarse de escuela, pero el bullying en su contra no terminó.
En una ocasión, una compañera la esperó a la salida de su nuevo colegio para golpearla varias veces, mientras decenas de chicos grababan el ataque.
Amanda decidió quitarse la vida, pero no lo logró.
De regreso del hospital, continuaron los mensajes en su contra en las redes sociales, así como su ansiedad y trastornos provocados por el bullying.
Se refugió en su soledad, pero también en sus adicciones. Su familia se cambió a Port Coquitlam, a la espera del cese del acoso a Amanda, pero éste tampoco se detuvo y llegaron otros seis meses de más burlas.
Hasta que la chica de 15 años se atrevió a contar su historia. Hace apenas una semana, a través del mismo medio que le provocó su condena.
Su última frase: "No tengo a nadie, necesito a alguien".
Hace unos días, Amanda decidió ya no soportar más. La encontraron muerta en su casa. La Policía local no reveló detalles, sólo confirmó que se trató de un suicidio.
El caso de Amanda provocó que la población canadiense decidiera enfrentar el problema de bullying, que afecta a cientos de miles de menores de edad, según asociaciones que luchan contra este problema.
Un legislador socialdemócrata de ese país lo definió como un problema de alcance nacional, magnificado por internet.
[[order]] [[autor]] escribió el [[time | date DD/MM/YYYY HH:mm]]
[[comment]]