CIUDAD DE MÉXICO, México, jul 16, 2012.- Vamos a tribunales, vamos a juicio una vez más. Como si nuestro proceso electoral hubiera sido escrito por Kafka. Pareciera una mentira que cada vez que haya una elección presidencial la alternancia -de haber sido una vieja rueda de la fortuna- se vuelva la rueda de nuestro infortunio.
No hay por qué preocuparse demás. Ese proceso va a concluir porque el tribunal que establecimos tiene un juicio que es inapelable. Ahí va a terminar todo y ahí nuevamente va a empezar todo, es un proceso interminable. Ahí empezó el litigio entre los poderes.
Hace años que en México discutíamos cuando pasábamos del autoritarismo priísta, del cesarismo priísta, a la gran democracia foxiana. Si era posible o no gobernar sin tener mayoría en el Congreso. Es posible. Todo lo que hace falta es reconocer que hay división de poderes y dar gracias a Dios de que hay división de poderes.
?¡Que el poder contenga al poder!? dijo hace años Montesquieu, y los norteamericanos en los papeles del federalismo lo corrigieron: hace falta pesos y contra pesos.
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