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WASHINGTON, Estados Unidos, ene. 15, 2011.- El día 25 de enero, el presidente Barack Obama comparece ante el congreso de Estados Unidos, para rendir su segundo informe de gobierno.
A diferencia del 2010, lo hará ante un congreso dividido, bajo una lenta recuperación económica con 27 millones de desempleados, promesas incumplidas, y la escandalosa revelación de cables diplomáticos, a través de la página de Internet de WikiLeaks.
Sin embargo, Obama goza un de un índice de aprobación superior al 45 por ciento. Además de gastar capital político en la Reforma de Salud en 2010, la inexperiencia impidió al presidente ver la dificultad de concretar acuerdos, por lo que apostó a la conciliación y bipartidismo, según el analista Andrew Selee, del Instituto Woodrow Wilson.
A pesar de la unidad tras la tragedia de Tucson, la confrontación entre republicanos y demócratas continuará.
Con históricos logros legislativos no alcanzados desde la presidencia de Lyndon B. Johnson, se espera que Obama anuncie una nueva dirección del país para orientar la innovación tecnológica, la reforma de impuestos y otros temas.
Andrew Selee señala que Obama ?va a sacar un plan para reducir el déficit, que es un tema que sí podría trabajar con los republicanos.
Un plan de austeridad fiscal que va a implementar durante los próximos años?.Los últimos dos años de este periodo, el presidente tendrá que dedicarse a la política exterior y a alcanzar pocos acuerdos en el Congreso, donde se cerró la ventana para una amplia Reforma Migratoria.
De acuerdo con los expertos, a pesar de aciertos y errores, la reelección del presidente Barack Obama depende básicamente de la recuperación económica y el combate al desempleo.
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