El 'boom' de la cremación en México

Por Alonso Aguilar | Fuente: Noticieros Televisa | 2013-07-24

urna de sal

La mitad de los difuntos en el país son incinerados; los fabricantes de urnas buscan sacarle provecho a esta tendencia

CIUDAD DE MÉXICO, México, jul. 24, 21013.- Ernesto Valdez murió de cáncer hace dos meses. Tenía 74 años. Originario de Guadalajara, Jalisco, decidió en vida que no quería ser enterrado, sino incinerado. Hoy, se encuentra en una urna en forma de balón de futbol en la sala de su casa. Era férreo aficionado al Atlas.

En 2012, de cada nueve servicios funerarios que se realizaron en México, cuatro terminaron en cremaciones. La tendencia va a la alza, sobre todo en las principales ciudades del país, según información proporcionada por la Asociación Necrológica Mexicana (ANEMEX), conformada por el 10% del total de las funerarias registradas en México.

"La ciudad con más incineraciones es Guadalajara, con cerca del 80% de los servicios funerarios; le siguen el DF y Monterrey, con 75%. Las zonas rurales, en cambio, tienden más a la inhumación", dijo Andrés Burzaco, director general de ANEMEX.

Este incremento se debe a diferentes razones: la falta de espacios en panteones públicos, ya que algunos se encuentran al 98% de su capacidad total, y el alto costo de las fosas en los recintos privados, que pueden costar arriba de los 50 mil pesos, sin contar los gastos por la tumba.

Una tercera variante es la ideología reciente con respecto al trato de los difuntos: desde 1983, el Concilio Vaticano levantó la prohibición de incinerar los cuerpos, lo que ha beneficiado el negocio de la cremación.

"Consideramos que este crecimiento debería ser más rápido, pero fluye lento debido a que no existen los suficientes hornos crematorios en el país", señaló Burzaco. Xalapa, la capital del estado de Veracruz, no tenía horno hasta el año pasado, por lo que se tenía que llevar el cuerpo a la ciudad de Veracruz, a una hora de distancia, para poder realizar la cremación.

En Estados Unidos, la tendencia es similar: en 1998, sólo el 24% de los estadounidenses fueron cremados. En 2011, el número llegó a 42%, según la Asociación de Cremación de América del Norte (CANA). Si este ritmo persiste, los asociados estiman que para 2017, uno de cada dos estadounidenses serán incinerados en vez de enterrados.

El estado de la Unión Americana con la mayor tasa de cremaciones, según cifras actuales proporcionadas por la CANA, es Nevada, con 74%; el que menos es Misisipi, con apenas 16% de las incineraciones. Además, en promedio, es mucho más económico incinerar a los difuntos que enterrarlos: la diferencia oscila en cinco mil dólares (cerca de 62 mil pesos).

"En México, la inhumación se ubica entre los 13 mil y los 15 mil pesos, mientras que la cremación, entre los 15 mil y los 18 mil pesos. Estas consideraciones no incluyen ni el nicho ni la fosa o el ataúd, que suelen ser muy costosos y elevan el estimado de la inhumación a precios arriba de los 60 mil pesos", declaró en entrevista Burzaco. "Varias personas prefieren quemar los cuerpos y realizar ceremonias de urna presente, no tanto de cuerpo presente. Es más práctico, higiénico y barato", remató.

Cada vez son más las funerarias que ofrecen servicio de incineración. José Manuel Pichardo, director comercial de Incineradores y Crematorios INCIMEX, dijo que han instalado alrededor de 300 equipos en toda la República, desde procuradurías, servicios médicos forenses, hospitales, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) , funerarias y cementerios.

El costo del horno crematorio es de 800 mil pesos y un cementerio realiza en promedio siete cremaciones por día. Incluso, los trámites para instalar un horno son sencillos, dependiendo de la entidad: en el Estado de México se necesita sólo de un permiso, mientras que en el DF se puede conseguir a través de una concesión.

Según datos proporcionados por la ANEMEX, las funerarias del IMSS son las que más servicios brindan, con 25 mil sucesos al año; le sigue la empresa privada Gayosso, con 19 mil.

LAS CAJAS DE PANDORA

Una vez incinerado, el difunto puede acabar en un nicho, dentro de una iglesia, en la sala de una casa junto a una fotografía, como es el caso de Ernesto Valdez... o en el mar.

Carlos Lozano, director de Industrias Alternativas, una pequeña empresa dedicada a la fabricación de urnas, recordó que hace ocho años en las costas de Barcelona, España, pescadores llegaron a 'rescatar' cerca de 50 urnas oxidadas del mar que atrapaban con sus redes. Las conservaron en una bodega y un día llamaron a la Policía, diciéndoles que los recolectores de basura no se las querían llevar "porque eran muertos". A partir de esto,  el ayuntamiento anunció que el ritual contamina el mar.

En México, el ritual de tirar las cenizas al océano no es ajeno. La Reina de los Mares, en las costas de Acapulco, es acompañada por cientos de urnas en el fondo del mar.

Otra práctica común es aventar las cenizas al aire en lugares boscosos, aunque ésta puede resultar en una incomodidad: "Cuando falleció el tío de mi ex pareja, sus parientes arrojaron las cenizas al aire en medio de un bosque. Lo hicieron con una manta entre cuatro personas de diferente fuerza y tamaño físico. Al hacerlo, el viento se llevó las cenizas por todos lados y acabamos con el 'tío en el pelo'", dijo Lozano, en tono afable.

A partir de estas experiencias, Lozano se aventuró a fabricar urnas biodegradables. Para el mar, se creó una esfera de sal. Para el bosque, una de composta en donde se puede colocar una planta para que florezca.

"La de sal se disuelve en una hora y las cenizas se esparcen de manera natural en el mar. La urna de composta ayuda a que la planta o árbol crezca más rápido, ya que la ceniza tiene mucho calcio", explicó Lozano.

No obstante, admitió que a diferencia de Estados Unidos, el mercado de urnas extraordinarias en México no tiene mucho auge. Los relicarios, varios recipientes pequeños en donde se pueden dividir las cenizas, son el producto de esta índole que más se venden.

"Los relicarios se dividen entre los deudos e incluso uno de éstos puede terminar en un nicho. Es difícil que la gente se olvide de la tradición religiosa", concluyó.

Las cenizas también se pueden convertir en diamantes. "Es un proceso muy costoso, pero varias personas lo han hecho y más han preguntado por él", señaló Andrés Burzaco, director de ANEMEX.

No es así el caso de Ernesto Valdez. Ante su decisión en vida de ser incinerado, su viuda optó por una urna en forma de balón de futbol para recordar la pasión que una persona puede llegar a tener en la vida. Cuando hay partido del Atlas, el equipo de 'sus amores', sus familiares prenden el televisor. Sienten que está ahí, viéndolo, como lo hacía antes, en su sillón negro reclinable.

 

AA

 

Con información de Leslie López Correa y del artículo "The New American Way of Death", de Josh Sanburn.

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