La cremación, precios para morirse

Por Leslie López Correa | Fuente: Noticieros Televisa | 2012-10-31

hornos

Cada vez es más común que los servicios funerarios incluyan la incineración, pero el proceso no termina cuando entregan la urna con los restos, pues aún hay que considerar algunos gastos

Si bien el tema de la muerte es incómodo y no nos gusta hablar de ella, lo cierto es que pega en la economía y es necesario ser precavido y adelantarse, para evitar que, al dolor de los deudos, se sume la necesidad de tomar decisiones.

Una de las más importantes es cómo disponer del cuerpo: inhumado o incinerado.

Para dar el servicio, de acuerdo con el Consejo Mexicano de Empresas de Servicios Funerarios, el sector está conformado por dos mil funerarias, de las que 50% son informales, 30% cumple parcialmente con las normas y 20% tiene estándares de calidad y cumplimiento de normas sanitarias y permisos.

De estos establecimientos, algunos ofrecen ya el servicio de cremación incluido en el costo de las pompas fúnebres, para ello, cuentan con los crematorios en sus propias instalaciones.

Hornos confiables

José Manuel Pichardo, director comercial de Incineradores y Crematorios INCIMEX, una empresa que lleva 40 años en el mercado mexicano fabricando hornos para residuos de fábricas y la cremación de cadáveres, dijo que actualmente existen diversos dispositivos que deben cumplir con las normas ambientales, que son la NOM 085 y la NOM 043 de la Semarnat, además de que el equipo debe tener un sistema de lavado y enfriamiento de gases, para no contribuir al calentamiento global.

Los materiales utilizados para la fabricación de los hornos son el "tabique refractario de alta lumina para resistencias y existen algunos concretos refractarios", esto permite el control de las temperaturas. Para el exterior se utiliza lámina galvanizada, y el acabado puede ser de acero inoxidable o pintura industrial.

Una vez fabricado, el equipo se envía al lugar de instalación para colocarlo, previas instrucciones de construcción y cuando se ha supervisado el sitio que albergará el dispositivo. Una vez cimentado, pasarán dos días antes de que empiece a funcionar.

Un equipo básico con el cuerpo de incinerador y tablero manual cuesta alrededor de 800 mil pesos; uno más lujoso, con mecanismo computarizado, cuesta alrededor de un millón de pesos. "Lo que modifica los precios son las características de acabado de los equipos, aunque la calidad interna de los incineradores es la misma", dijo Pichardo.

INCIMEX ha instalado alrededor de 300 equipos en toda la República, desde Procuradurías, Servicios Médicos Forenses, en el IMSS, en hospitales, en funerarias y cementerios, entre otros.

Comentó que el mantenimiento puede ser mensual, ya que la durabilidad de los materiales es amplia, aunque depende del número de cremaciones diarias; por ejemplo, los equipos en cementerios realizan 7 cremaciones por día, y sí requieren el mantenimiento constante. La visita del técnico cuesta, aproximadamente, 11 mil pesos. Eso sin las refacciones, porque si hay algo que cambiar, es necesario sumar entre 30 mil y 50 mil pesos.

Vale la pena apuntar que el número de incineraciones va en aumento, pues si bien hoy día 7 de cada 10 mexicanos acepta la cremación, lo cierto es que la cantidad de interesados crece como la espuma porque los costos son menores y los espacios en panteones se han reducido.

La piratería

Aunque se escuche raro, el negocio de las funerarias no escapa a la piratería y existe un mercado informal, terrorífico e insalubre para la economía familiar.

El sector registra irregularidades como la reventa de ataúdes, en el mejor de los casos, hasta en cinco ocasiones, lo que puede traer infecciones para las personas que acuden al servicio y tienen contacto con la caja.

Algunos de estos negocios informales, aprovechan el momento difícil para ofrecer servicios a costos menores, pero nada garantiza que el cuerpo será tratado de acuerdo con las normas de salubridad.

María González, ex trabajadora de funeraria informal, comentó que en muchas ocasiones, al embalsamar el cuerpo, este era tratado ?como basura?, el líquido de preservación es de baja calidad, no lo maquillan ni lo visten adecuadamente, "la rapidez es lo importante", dijo.

Además, si el proceso de cremación no es adecuado, los restos pueden causar enfermedades al quedarse en casa.

Los costos de morir

Para que la familia pueda vivir el duelo adecuadamente, sin preocuparse por los gastos que implica servicio fúnebre, existen los ?seguros de deceso?. Se trata de planes en cómodos pagos mensuales para acceder al servicio desde el velorio hasta la entrega de las cenizas en una urna que puede ser austera o de lujo.

Dichos seguros varían según la casa funeraria. Algunas incluso se encargan de trámites legales como rescatar el cuerpo de la delegación o entregar el certificado médico, hasta dar galletitas y café en el velorio, pasando por los pagos a Hacienda por las actas de defunción, porque, sí, también por morirse hay que pagar impuestos.

En funeraria de lujo, un servicio en ataúd de madera fina, embalsamiento del cuerpo, capilla religiosa y salón para otras actividades, servicio de café, cremación y la urna laminada de lujo, tiene un costo total de 60 mil pesos con financiamiento, a pagar mensualmente 2, 800 durante 36 meses.

Si el servicio se ocupa de manera inmediata, es decir, sin previo contrato de financiamiento, se eleva hasta 80 mil pesos.

El servicio con ataúd comercial, embalsamiento del cuerpo, capilla, servicio de café, cremación y urna de madera, cuesta 50 mil pesos, pagando 2,500 pesos durante 18 meses. El costo por servicio inmediato varía entre 60 mil y 70 mil pesos.

En funeraria económica, la velación en capilla, que incluye recolección del cuerpo, preparación y embalsamamiento, trámites y gestoría legal, ataúd económico, urna económica y cremación, el servicio cuesta 9,589 pesos. Si desea la velación en su hogar, los mismos servicios valen 10,000 pesos.

Algunas funerarias manejan promociones con tarjeta de crédito para el pago a meses sin intereses. Algunas cubren el área legal.

La mayoría puede hacer transferible el financiamiento, es decir, si la persona que contrató el servicio fallece antes de terminar de pagar, el servicio se otorga y se ofrecen oportunidades para el finiquito.

Eso sí, hay que tomar la decisión de adquirir el servicio antes de los 60 años porque a partir de la tercera edad, el servicio sólo lo puede adquirir un familiar y después transferirlo.

¿En el nicho o en la casa?

Una vez que la funeraria ha entregado la urna con los restos, es necesario decidir dónde disponer de las cenizas.

Si se quedan en casa, el problema se reduce a conjurar las consejas populares de que el difunto no puede descansar, pero si se decide depositar la urna en la iglesia, mejor prepare nuevamente la cartera.

El costo por el espacio para cuatro urnas fluctúa entre 10 mil y 30 mil pesos y sólo se pueden tener seguros durante 20 años. Al vencerse el contrato, tendrá que renovarse el trámite y volver a pagar a la tarifa, al precio actualizado.

Algunas iglesias, además, cobran 5 días de salario mínimo por mantenimiento anual a partir del segundo año de permanencia en el sitio.

Y como ya decíamos, hasta en la muerte hay que pagar impuestos, por lo que, cada vez que se deposite una urna en el nicho, es necesario realizar un pago al Instituto Nacional de Avalúos y Bienes Nacionales.

Este año el costo quedó en 692 pesos, pero cada año aumenta y dicen quienes tiene tiempo en el negocio, que sube, en promedio, entre 5 y 6 pesos.

Entonces, ¿ya se dio cuenta de que morirse sí cuesta caro?

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