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NACIONES UNIDAS, mar. 12, 2012.- La secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, condenó este lunes la "espantosa e inexplicable" matanza de 16 civiles afganos a manos de un soldado estadounidense en la región afgana de Kandahar, y prometió justicia.
"Ese acto no refleja quiénes somos", dijo Clinton en la ONU, donde se mostró "conmocionada y entristecida" por los hechos del domingo en el distrito de Panjwai, en la provincia de Kandahar, donde un soldado estadounidense atacó unas viviendas civiles en las que disparó a sus moradores, algunos de ellos niños.
La jefa de la diplomacia estadounidense, que hoy participó en el Consejo de Seguridad en un debate sobre la "primavera árabe", describió ante la prensa el incidente como "espantoso y horroroso", al tiempo que subrayó el "compromiso" del Gobierno de Estados Unidos con llevar ante la justicia "a los responsables".
"Hay abierta una investigación completa y un sospechoso está retenido. Exigiremos la plena responsabilidad de cualquiera que esté relacionado", explicó Clinton, quien reconoció que Estados Unidos ha vivido "un par de semanas muy complicadas" en Afganistán, tras este incidente y el de la quema de copias del Corán.
En cualquier caso, la secretaria de Estado señaló que "un incidente como éste es inexplicable y plantea muchas preguntas", aunque indicó que espera que "todo el mundo entienda, dentro y fuera de Afganistán, que Estados Unidos mantiene su compromiso de ver a Afganistán avanzar hacia un estado próspero, democrático y seguro".
"Así lo merece el pueblo de Afganistán", dijo Clinton, quien subrayó que "este terrible incidente no cambia nuestra completa dedicación para proteger al pueblo afgano", por lo que destacó que su Gobierno hará "lo imposible" para construir "un Afganistán fuerte y estable".
"Permanecemos comprometidos con el objetivo que nos marcamos con nuestros socios: la sólida colaboración con el pueblo y el Gobierno afganos, mientras refuerzan su propia seguridad y mejoran sus instituciones democráticas", aseveró.
Las palabras de Clinton llegan después de que los talibanes prometieran "vengar" una matanza cuyo supuesto autor, de acuerdo con fuentes oficiales citadas por medios estadounidenses, es un sargento de 38 años que había llegado a Afganistán por primera vez en diciembre pasado, aunque contaba con experiencia previa en Irak.
El soldado, dijeron fuentes militares en Afganistán, podría haber actuado bajo los efectos de una crisis nerviosa, aunque la misión de la OTAN en Afganistán (ISAF) sigue investigando al respecto.
El presidente estadounidense, Barack Obama, ofreció disculpas el domingo al presidente de Afganistán, Hamid Karzai, y prometió que Estados Unidos hará todo lo posible para que se concluya una investigación a fondo de lo ocurrido.
SOLDADO QUE DISPARÓ A CIVILES PERTENCE A BASE MILITAR PROBLEMÁTICA
El soldado de Estados Unidos sospechoso de matar a 16 civiles el domingo en Afganistán pertenece a la Base Conjunta Lewis-McChord, de donde también procedían los cuatro soldados condenados por asesinar a varios civiles afganos y guardar parte de sus cuerpos como trofeos, informó este lunes la cadena CNN.
La Base militar Conjunta Lewis-McChord está a las afueras de Seattle, en el noroeste de Estados Unidos, que los medios especializados en defensa califican como la "más problemática del servicio militar" del país.
La instalación militar, que alberga a 100.000 soldados y civiles, ha sido criticada por el comportamiento de sus soldados y el año pasado sufrió el mayor índice de suicidios de su historia.
El soldado, que se encuentra en la treintena y servía por primera vez en Afganistán aunque ya había estado en Irak en varias ocasiones, actuó solo y se entregó tras abrir fuego en mitad de la noche contra los civiles afganos en una aldea cercana a su base en el suroeste de Kandahar, según informó la misión de la OTAN en Afganistán (ISAF).
El presidente estadounidense, Barack Obama, se apresuró el domingo a emitir sus condolencias a las familias de los fallecidos y a repudiar el incidente, aunque parece no haber sido suficiente para las autoridades afganas.
La Casa Blanca informó de que Obama llamó por teléfono al presidente de Afganistán, Hamid Karzai, para expresarle su pesar, y prometió que Estados Unidos hará todo lo posible para que se concluya una investigación a fondo de lo ocurrido.
Sin embargo, Karzai calificó hoy la matanza como un hecho "inolvidable". El suceso ocurre apenas unas semanas después de que varios soldados estadounidenses quemaran ejemplares del Corán, libro sagrado de los musulmanes, lo que provocó episodios de violencia en las calles afganas.
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