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MADRID, España, feb 23, 2011.- Treinta años han pasado desde que el teniente coronel, Antonio Tejero acompañado por un grupo de Guardias Civiles entraran disparando en el Hemiciclo del Congreso de los Diputados, en lo que fue el primer y único intento de golpe de estado tras la instauración de la democracia en España.
Fue el 23 de febrero de 1981 mientras se producía la votación de investidura del entonces presidente de gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo. Unas horas largas, amargas y eternas para los españoles que vivieron sobrecogidos el temor de una vuelta atrás y un nuevo cerrojazo a las libertades tras 40 años de dictadura.
Si el golpe de estado hubiera triunfado se habría vivido una segunda dictadura militar en España.
Afortunadamente, nunca ocurrió y en gran medida por la actuación del Rey don Juan Carlos I. Muchos dudaron de cual sería la postura del Monarca, designado en el cargo por el entonces dictador Francisco Franco para que lo sucediera en su política.
Sin embargo, el Rey se desmarcó de los golpistas. Apostó por la Constitución que había firmado. No quiso quedarse de brazos cruzados y dio instrucciones contundentes a los capitanes generales y jefes del Estado Mayor para acabar con los militares contrarios a la democracia. Desarticuló el golpe a base de teléfono.
Propuso la creación de un gobierno en funciones con los secretarios de Estado y subsecretarios, llamó a los capitanes generales para indicarles que él no estaba con los golpistas.
Grabó el mensaje de televisión vestido con el uniforme de capitán general para dar más fuerza a sus órdenes de no aceptar el golpe.
Se convirtió así en el Jefe de Estado social y demócrata que la población española ansiaba y necesitaba para estabilizar el país y la estructura de la democracia.
ANECDOTAS Y SALTOS DE PROTOCOLO DEL REY
Desde aquellas horas difíciles hasta hoy, el monarca además ha dado muestras, en más de una ocasión, de su frescura y naturalidad con el cargo que ocupa, que le ha hecho saltarse el protocolo en innumerables actos públicos para nerviosismo de su gabinete, pero con una gran acogida popular ya que se ha ganado la simpatía y cercanía de sus ciudadanos.
Muchas son las anécdotas que lo acompañan pero quizás la más sonada internacionalmente es la de "¿po rqué no te callas?", que le espetó al presidente venezolano, Hugo Chávez, durante la XVII Cumbre iberoamericana de Presidentes de Gobierno y Jefes de Estado en Santiago de Chile en noviembre del 2007.
Lejos de dejar al rey español en mal lugar, la frase rápidamente se hizo tan popular y aceptada por todos que se compusieron letras de canciones, formó parte de los sonidos de los celulares y hasta varios programas de televisión se titularon de esta manera.
Otras muchas anécdotas existen sobre la figura de Don Juan Carlos, algunas forman parte ya de las leyendas urbanas (quien sabe si ciertas o no), otras son muestras de la naturalidad de la personalidad real.
Como el despiste que protagonizó este mismo mes de enero durante una reunión diplomática con embajadores de diferentes países en el Palacio Real de Madrid.
Al monarca se le olvidó apagar su celular que comenzó a sonar por sorpresa mientras se celebraba la ceremonia de la presentación de cartas credenciales. Abochornado, don Juan Carlos se apresuró a apagarlo pero como melodía se pudo escuchar la risa de un bebé.
Un descuido que nos puede ocurrir a cualquiera y con los que el rey demuestra día a día ser una más, una persona corriente pero con una gran responsabilidad, lo que ha hecho ganarse el respeto y la admiración de los que incluso se declaran republicanos y antimonárquicos.
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