La Única Internacional Sonora Santanera, una tradición familiar

A punto de cumplir 60 años de trayectoria musical y es hoy una de las agrupaciones más importantes y famosas de la música tropical mexicana

CIUDAD DE MÉXICO, México, jul. 02-2013.- El sueño de seguir la tradición familiar y desarrollar su pasión por la música, llevaron al trompetista Antonio Méndez y al percusionista Arturo Ortiz, a ser parte de La Única e Internacional Sonora Santanera, en la que aún permanecen después de 40 años de exitosa trayectoria.

Antonio Méndez mencionó que el hecho de haber nacido en una familia musical le hizo amar cualquier ritmo o melodía: "Mi padre tenía Orquesta en Tamazunchale, San Luis Potosí, donde obtuve mis primeras lecciones de música, en el año de 1960".

El contacto con diversos instrumentos de viento me provocó la necesidad de aprender de manera formal y estudiar música.

"El sonido de la trompeta fue lo que me atrapó y aunque sé tocar todo tipo de instrumentos, éste fe el que me enamoró. Recuerdo que mi primera oportunidad fue cuando entré a la Orquesta de Panchito Méndez conocida como Escuadra del Ritmo; sin embargo, mis sueños iban más allá de lo que mi padre me ofrecía".

Méndez indicó que la magia de los acordes y ritmos lo hicieron buscar nuevos horizontes, y en 1968, en plena adolescencia salió rumbo al Distrito Federal, donde ingresó al Conservatorio Nacional y a la Escuela Nacional de Música.

Su perseverancia lo llevó a ser parte de la orquesta del Teatro Blanquita, donde más allá de seguir aprendiendo, desarrolló su verdadero sentido de trompetista, entusiasmo que le premiaría con la propuesta más importante de su vida.

"Era el año de 1973, cuando llegó al recinto teatral don Carlos Colorado y su Santanera a realizar una temporada. Me escuchó tocar y se me acercó a pedirme que supliera a uno de sus músicos que había sido operado, fue mi entrada pero no mi salida de esa gran agrupación, han pasado 40 años y sigo al frente de esta institución".

Detalló que Carlos Colorado al final de su temporada en el Blanquita le ofreció continuar en la agrupación. "Creo que lo más fuerte de mi vida musical fue haber perdido a compañeros como él, Juan Bustos, Andrés Terrones y otros que ya no están en este mundo".

Para Arturo Ortiz la situación fue distinta, porque más allá de ser un estudiante de música, ya tenía el ritmo en la cabeza y en el corazón, porque su pasatiempo en la adolescencia era tocar con algunos amigos en fiestas familiares.

"Nunca imaginé que yo estaría con la Sonora Santanera alguna vez, me reunía con mis amigos y amenizábamos fiestas con puras percusiones, éramos vecinos de la entonces y ya famosa Sonora Santanera, vivía a dos cuadras de sus estudios".

Recordó que el hecho de amenizar fiestas familiares, los llevó a codearse con músicos reconocidos y profesionales, lo que le valió su primer contrato con El Combo Margil.

"Una agrupación de Margarita y Gil, con los que debuté un 15 de septiembre, pero sobre todo con los que me bauticé, porque en una fiesta de XV años en pleno baile una pareja cayó al suelo y de paso tiraron a un mesero con las cubas, mismas que fueron a bañarme a mí en plena faena, un suceso curioso que no olvidaré", detalló.

Reconoció que siempre fue un "músico molero", como se le conocía a los que tocaban de un lugar a otro desde centros nocturnos, pasando por bares, bautizos, XV años, bodas y cumpleaños. "Músico molero, porque el mole es un platillo hecho de varios chiles y el hecho de andar en varios lugares nos hacía ganarnos ese mote", explicó.

Fascinado con tocar música de la Sonora Matancera y de la Sonora Santanera, Ortiz encontraría en 1973, la gran oportunidad de su vida y a la vez una de las más tristes, ya que a la muerte de Armando Espinoza, don Carlos Colorado le ofrece ser parte de la Santanera.

"Entro a la Santanera en un momento muy lamentable; sin embargo, la pasión por la música me llevó a ganarme un lugar, el hecho de que yo tocara todas las canciones de la Sonora Santanera, hizo que don Carlos Colorado me felicitara y me contratara".

Su camino musical amateur lo hizo aprender a tocar ritmos como guaracha, son, cumbia, bolero, cha cha cha y el ritmo orquestal, por lo que acoplarse a su nueva casa no le fue difícil. "Le aprendí mucho a don Carlos, especialmente a amar y cuidar la imagen de la institución".

El mayor logro como percusionista fue estar en la Sonora Santanera hasta la fecha.

"Es donde siento que llegó mi realización, lamentablemente vi despedirse de este mundo a algunos compañeros, en especial a don Carlos Colorado, en un accidente automovilístico. Lo vi morir y eso me marcó la vida, por eso defendemos a la Sonora Santanera de las agrupaciones pirata", añadió.

La Sonora Santanera está a punto de cumplir 60 años de trayectoria musical y es hoy una de las agrupaciones más importantes y famosas de la música tropical mexicana, que se ha consolidado popularmente mediante un estilo singular influenciado por el danzón, el mambo, el bolero, la rumba, el cha cha chá, la guaracha y la cumbia.

El concepto musical fue creado por el músico y trompetista tabasqueño Carlos Colorado Vera, quien logró que el estilo de la agrupación no tuviera fecha de caducidad.

Actualmente, lleva el nombre de La Única Internacional Sonora Santanera, aunque existen otras agrupaciones que pelean el derecho de marca y el registro de propiedad intelectual, como el recién creado grupo de la viuda y la hija de Carlos Colorado, denominado La Sonora Santanera de Carlos Colorado.

Así como Los Santaneros, de Pepe Bustos; La Santanera, de Gildardo Zarate; y La Santanera de Andrés, lo que ha llevado a una disputa legal entre estas agrupaciones, sin embargo, la que conserva los estudios y los galardones a nivel mundial es la que encabezan los sobrevivientes Toño Méndez y Arturo Ortiz.

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