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VILLAHERMOSA, México, feb. 23, 2013.- Tabasco y Guatemala comparten 120 kilómetros de frontera, donde ocurre a diario una intensa actividad migratoria. Miles de personas sin documentos pasan a diario por el cruce de El Ceibo y a lo largo de la selva.
Esto ha propiciado la presencia de grupos de polleros que buscan a los centroamericanos para cruzarlos por México y pasarlos a Estados Unidos.
También operan grupos delictivos que asaltan a los migrantes y les quitan dinero y pertenencias.
En los últimos años, células de organizaciones internacionales del narcotráfico se han extendido por la zona de selvas de Guatemala, principalmente en la región de El Petén, frente a Tabasco.
En el departamento de El Petén colindante con el Municipio de Tenosique en Tabasco, por este lugar hay mucha vigilancia, sobre todo por la noche, la frontera se cierra a las 18.00 horas ya que es un lugar por donde transita contrabando de armas y de droga.
El camino de la cabecera municipal de Tenosique a la frontera con El Ceibo se recorre en 40 minutos, es un camino en buen estado, pero solo por donde se aprecia en ocasiones grupos de indocumentados.
En la frontera están las oficinas de migración de México y de Guatemala y a 30 kilómetros se encuentra la primera población guatemalteca que es la comunidad de Lagunitas en el Naranjo del Petén.
"Hay mucha maldad que no sé cómo es la maldad están los grandes. La verdad aquí han matado muchos, es peligroso", comenta Santiago, habitante de Lagunita.
La autoridad no habla por seguridad, pero los hombres del campo saben que siempre deben andar con cuidado.
"Para uno de trabajador son seguros, pero para otros sí son malos, porque hay mucha inseguridad Ahora lo que se está viviendo es mucha delincuencia, a uno no le perjudica porque uno trabaja diferente la agricultura", asegura Mario Daniel, habitante de Lagunitas.
La población guatemalteca de El Petén asegura que por el lugar hay frecuentes recorridos de patrullas militares y de policías.
"Los soldados y los policías se suben a registrar las cosas a ver si uno trae armas. No han agarrado a nadie", dice la señora Carmen, vendedora.
Quienes viven en esta región advierten que los 30 kilómetros que separan la línea fronteriza de Guatemala con la comunidad de Lagunitas, es una zona solitaria y sumamente peligrosa durante la noche.
Y es que por la noche, dicen, es cuando se mueven los grupos armados del narcotráfico internacional.
MACO
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