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CIUDAD DE MÉXICO, México, jul. 11, 2013.- Epifanía Martínez Pérez tiene 65 años de edad.
Nació con algunos problemas en los ojos.
Con el tiempo, su enfermedad empeoró y perdió uno de ellos.
Epifanía Martínez Pérez, testimonio, dijo: "Era miopía y ya después se me desprendió la retina ya después ya no pude ver más, alcanzó a ver poco con un ojo pero me dicen que ya no tengo remedio".
Su nieta, América, de cinco años, heredo problemas visuales.
Tiene cataratas en ambos ojos.
Desde hace un año América va a la Escuela Nacional de Niños Ciegos y Débiles Visuales de la Secretaría de Seguridad Pública (SEP) que se ubica en la calle Viena de la delegación Coyoacán.
Recibe clases y capacitación para desarrollar mejor los demás sentidos, al igual que 104 niños.
América, testimonio, explicó: "Me enseñan las letras, me enseñan todo lo que hay aquí y si puedo ver con un ojito".
Aquí también estudia Karla y Fabrizio
Por las tardes Epifanía va por su nieta a la escuela en Coyoacán para llevarla a su casa ubicada en la colonia Providencia de la delegación Gustavo A. Madero.
Esta a unos 22 kilómetros de ahí.
Doña Epifanía toma a su nieta de la mano y emprenden el regreso.
Juntas, hacen un rostro.
América guía a su abuela con lo poco que puede ver.
Rodean los obstáculos del camino, como un taxi que bloquea la rampa para personas con discapacidad.
El camino es escabroso, con subidas y bajadas, con hoyos, con trampas, con baches, pero ahí van.
Antes de cruzar la calle, prestan atención al ruido de los autos que las alertan para no cruzar en ese momento.
Rodean los charcos y para tomar el microbús piden ayuda.
Epifanía Martínez Pérez, comentó: "Ah! le preguntó a alguien, me dice por favor que vaya al Metro Ermita, le digo y ya me dice, siempre hay gente que me ayuda".
El lugar para personas con discapacidad estaba ocupado y América aprovecha para descansar un poco.
Se bajaron en la estación del Metro Ermita.
Hacía calor, compraron paletas de hielo y entraron al metro, luego llegaron al Metro Deportivo Oceanía.
Ahí las alcanzó la mamá de América.
Luego se subieron a otro microbús para dirigirse a la colonia Providencia de la delegación Gustavo A. Madero.
En total el viaje duró dos horas 20 minutos.
En ir y venir a la Escuela Nacional de Niños Ciegos viajan al día al menos cuatro horas 40 minutos
Y gastan al menos 60 pesos al día nada más en transporte.
LSH
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