Jauría en el Bosque de Chapultepec

En la 3ra sección del Bosque de Chapultepec se han visto jaurías que representan un riesgo para deportistas o quienes caminan por ahí

CIUDAD DE MÉXICO, México, jun. 26, 2013.- Los ladridos de los perros se escuchan desde lejos.

Es la tercera sección del Bosque de Chapultepec, en donde viven, desde hace años, jaurías. Algunos fueron abandonados y otros nacieron ahí, en las barrancas.

De acuerdo con las autoridades del bosque, los perros que había en la primera y la segunda sección se capturaron, pero en la tercera todavía hay decenas.

"La tercera sección es todavía más complicada que la primera y la segunda. Porque es una superficie en donde hay barrancas muy profundas, hay barrancas en donde nada más se puede bajar a rapel y para los perros es muy fácil esconderse ahí", explica Rosa María Gómez Sosa, directora general de bosques urbanos y educación ambiental.

Los perros recorren alrededor de 300 hectáreas de la tercera sección del bosque.

"De repente volteamos y hay muchos, están varios ahí, ya tienen sus crías", explica Yesica, personal de limpieza del Bosque de Chapultepec.

Se han apropiado de estos terrenos, que además colindan con el Panteón Civil de Dolores.

"Haga de cuenta que esto es su territorio", dice Gregorio Jiménez, policía segundo de la Secretaría de Seguridad Pública del DF.

Ya se han registrado varios casos de agresiones a quienes caminan por ahí.

"Son perros casi lobos, son perros salvajes, un día va a pasar un niño y no sé realmente que pueda pasar, es muy peligroso. Ya van como tres personas que veo que salen corriendo y salen como lobos salvajes, no es un perro doméstico, no es un perro bueno, son animales que se criaron aquí en las barrancas", reconoce una vecina de las Lomas de Chapultepec.

Una jauría es capaz de actuar como depredador y provocar mordidas graves.

Y se mueven entre los hoyos que encuentran de las rejas para ir tras los deportistas.

La malla esta descuidada y los perros y quien lo quiera hacer, fácilmente sale y entra por aquí.

"El propio ritmo que uno lleva corriendo, los perros los siguen a uno, y si es peligrosísimo. Inclusive es bien común ver a una persona que los alimenta y trae los bultos de pollo y ahí se los tira", afirma Jorge Chávez, deportista en Chapultepec.

Para las autoridades del bosque es una de las razones de su permanencia.

Hay gente que los cuida y los mantiene aquí y esta es una prueba, hay pollo y agua en varios árboles.

"Si se sigue alimentando a estos perros pues va a ser muy fácil que encuentren como un nicho de pues finalmente tienen comida y no puede uno como controlar el tema", relata Rosa María Gómez Sosa.

De acuerdo con las autoridades no se trata de un problema menor, sino de uno de salud pública, porque además de las agresiones a humanos y a otros perros, estas manadas representan un problema sanitario.

AGHO