El humo del cigarro y los niños

En Gran Bretaña hay más de once millones de fumadores; lo peor de todo es que no se dan cuenta del daño que causan a sus propios hijos o nietos

LONDRES, Inglaterra, jun. 18, 2013.- Ya por casi una década en Gran Bretaña, al igual que en la mayoría de los países europeos, se prohíbe fumar en los espacios públicos cerrados.

Pero aun así, hay más de 11 millones de ciudadanos británicos que continúan siendo adictos al tabaco.

Y según un nuevo estudio, efectuado por una respetada institución del Reino Unido, el Colegio Real de Médicos, gran parte de estos fumadores ni siquiera se dan cuenta del peligro en que meten a sus propios hijos o nietos, víctimas del llamado efecto del "fumador pasivo"

Por ejemplo, el 68% de los fumadores británicos encuestados admitieron que fuman en su automóvil mientras conducen, sin importar si llevan niños pequeños en el asiento trasero de su auto.

Muchos padres de familia fumadores simplemente piensan que el humo desaparece si abren la ventana un poco. No es así, insisten los médicos.

"El 80 porciento del humo de segunda mano es invisible e inodoro, pero contiene más de 4 mil sustancias químicas que pueden causar un daño muy serio para los niños en particular porque tienen los pulmones vulnerables", explica la profesora Sally Davies.

Laura Miller es una madre británica de dos pequeños y sólo dejó de fumar cuando nació su segunda hija.  El primer bebé sufrió de problemas de respiración.

"El humo se quedaba por todos lados: mi cabello, mi ropa, y en el cuarto. No importaba que intentara fumar afuera de la casa: llevaba estos humos invisibles conmigo", dice Laura.

El impacto del tabaco sobre los pequeños que son "fumadores pasivos" es devastador: Cada año más de 300 mil menores de edad británicos son diagnosticados con serios problemas de respiración, enfermedades pulmonares o hasta meningitis.

Para combatir este fenómeno negativo y para concientizar a los fumadores en el Reino Unido se lanzó en estos días una impactante campaña pública. Su mensaje es claro: El mejor método de protección contra las toxinas y venenos que genera el humo del tabaco, es dejar de fumar completamente.

AAE