Torneos de lazo (Parte 2)

En Yucatán los torneos de lazo son una de las representaciones más crueles de maltrato a los animales

MERIDA, México, feb. 21, 2013.- En los torneos de lazo de comunidades de Yucatán, además del peligro que corren jinetes y caballos, observamos la fragilidad de los llamados rodeos o tablados. Sólo madera unida a ramas y palmas con mecates que difícilmente resistirían el embate de uno de los impresionantes toros.

En estos ruedos improvisados se realizan las corridas en el estado de Yucatán, estas tribunas ponen en peligro a la gente, menores de edad,  gente de la tercera edad y familias que vienen a ver este espectáculo.

No hay rutas de evacuación ni programas de protección civil. Decenas o cientos se hacinan para presenciar un espectáculo, que es más morbo que arte, más crueldad que tradición.

El tablado se llena al atardecer, para presenciar no la lidia de un toro bravo, sino un novillero revolcado, un caballo destripado y hasta la muerte de algún borracho o de un espontáneo.

"Los toros que se escapan, han matado gente que no fue a la corrida y que estaba caminando por allá y han matado", dijo el doctor Jorge Luis Huerto de Bienestar animal, Medicina Veterinaria, Universidad de Yucatán.

La entrada cuesta desde 15 pesos niños o 25 pesos, adultos. Es el deporte extremo de muchos de los indígenas mayas de Yucatán en el 2013.

Niños de brazos, madres de familia, personas de la tercera edad trepan por las  escaleras tipo bombero, para presenciar mejor la corrida y el supuesto festejo.  La tribuna tiembla, con la amenaza de que el piso o todo el tablado se venga abajo.

Corre a mares la cerveza sin temor a una sanción o una clausura, se venden abiertamente bebidas con alcohol. Se desata la euforia de hombres y mujeres.

Los toros también son lastimados. Les aplican descargas eléctricas para que salgan más rápido de una troca o de un corral. También les cortan el lomo y las orejas, para que sangren, a fin de regular su furia.

"Festejar a los santos torturando y matando animalitos, es algo incongruente", comentó Rosario Sosa Parra, presidenta de la Asociación por los Derechos de los Animales de Yucatán

Los jinetes concursan por unos cientos de pesos. Gana el que logre lazar limpiamente los cuernos a la cuenta de 10.

Aunque verdaderamente triunfa en esta confrontación es quien salga ileso, sin heridas. Las autoridades de Yucatán afirman que es muy complicado poner un alto.

"Es un asunto que tiene que ver más con la cuestión cultural, más con la educación, hacia el interior de las comunidades para evitar este tipo de crueldad, creo que todos coincidimos en que este tipo de cosas no deben de ocurrir no solamente por la crueldad al animal, sino porque eso también entraña una violencia que puede repercutir en actitudes de las personas", señaló Víctor Caballero, secretario general de Gobierno, Yucatán.

Tal vez, lo primero que hay que evitar es que menores de edad participen como jinetes o como público en este tipo de eventos. Corre peligro su vida.

MACO