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COATEPEC HARINAS, México, dic 24, 2011.- A finales de los años cincuenta y principios de los años sesenta del siglo XX en la iglesia del Sagrado Corazón en Cochisquila, municipio de Coatepec Harinas, en el Estado de México se daba una escena muy especial:
Frente a un pequeño órgano estaba sentada doña Elvira Ayala Díaz y frente a ella un grupo de jóvenes mujeres entre los 17 y 20 años ensayaban las letanías en latín que cantarían en las posadas de la comunidad.
En los ensayos participaban las hermanas Celina y Matilde Ayala, Ofelia Camacho, Irene Ayala, Celia Nava, entre otras jóvenes que se convertirían en la segunda generación de cantantes de letanías en el pueblo. Ellas poco a poco tomarían el relevo del anterior grupo integrado por Eustolia Ayala, Eustolia Camacho, Margarita González, Berenice Segura (la maestra Bere), entre otras, siempre bajo la dirección musical, por decirlo de alguna manera, de doña Elvira, quien nunca cantó.
Cincuenta años después, doña Celina Ayala recuerda esos ensayos:
"Mi tía Elvira era bastante exigente, luego comenzábamos a cantar más alto de lo normal y luego ya no alcanzábamos las notas. Ella se ponía en el armonio: Do, Do, Do... a bajarnos el tono".
Las constantes equivocaciones ocasionaban en las jóvenes ataques de risa, provocando además de la molestia de doña Elvira y las demás "tías", como les llamaban a las mujeres mayores, situaciones incómodas para la época, ya que los ensayos se realizaban dentro de la iglesia:
"Luego nos ganaba la risa y a veces en el otro lado del crucero estaba confesando el 'señor cura'... Un día me agarró la maestra Bere y me puso a cantar con ella, ¡como se debería de cantar!", recuerda doña Celina.
El tan especial grupo de cantantes, dice doña Celina, recibió impulso con la llegada a la parroquia del joven sacerdote Felipe Arizmendi Esquivel, actual obispo de San Cristóbal de las Casas. "Él nos acabó de enseñar", dice doña Celina
EL ORIGEN DE LAS LETENÍAS
Sobre el origen de las letanías en latín, así como del villancico "Pase la escogida" que cantan desde hace casi 100 años cuando se abren las puertas del templo, en lugar del tradicional "Entren santos peregrinos...", doña Celina relata:
"Bueno tenemos las hojas que hicimos, pero estaba en un 'Misal'... ¿Antiguo?... sí por ahí lo debo de tener, lo voy a buscar..."
Actualmente del grupo que ensayaban hace 50 años, además de doña Celina, siguen cantando su hermana Matilde, Ofelia Camacho y de aquellas maestras aún vive la maestra Bere.
Doña Celina dice que ya le falla la voz y que no es lo mismo, aunque tiene la convicción de seguir cantando hasta que la voz aguante.
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