Diseño de rascacielos cambió tras el 11-S

Por Agencia | Fuente: AP | 2011-08-25

En Chicago la Torre Willis, la más alta de EU, cuenta ahora con barreras de cemento, detectores de metales y una sofisticada red de cámaras para evitar un atentado

CHICAGO, Estados Unidos, ago. 25, 2011.- ¿Y si volviese a suceder?

Una década después de los ataques del 11 de septiembre del 2001, ¿Están los 21 mil rascacielos de la nación en condiciones de soportar un ataque similar al que derrumbó las Torres Gemelas de Nueva York? ¿Las miles de personas que los ocupan podrían escapar a tiempo?

En la Torre Willis de Chicago, al igual que en los demás rascacielos del país, cambiaron muchas cosas desde el ataque terrorista. El edificio más alto de los Estados Unidos tiene ahora barreras de cemento, detectores de metales y una sofisticada red de cámaras que permiten observar todo lo que sucede dentro y fuera de la torre.

Esas medidas, no obstante, probablemente no sirvan para impedir un ataque como el del 11-S.

Los expertos dicen que los edificios altos siguen siendo vulnerables porque el gasto que representaría modificar su estructura para hacerlos más seguros es demasiado alto y porque estados y municipalidades todavía no han modificado lo suficiente sus códigos de construcción.

Se han hecho algunos cambios más modestos, como adaptar los ascensores para que puedan ser usados en evacuaciones, pero en términos generales Estados Unidos está por detrás de otros países desarrollados en este terreno.

"No se puede hacer más de lo que los cabilderos, los políticos y las dependencias del gobierno te dejan hacer", expresó Monica Gabrielle, cuyo esposo falleció en el los ataques del 11-S y quien es copresidenta de la agrupación Campaña por Rascacielos Seguros (Skyscraper Safety Campaign). "Cuanto más pasa el tiempo, nos tornamos más displicentes".

Al margen de esto, no hay tanto que se pueda hacer para proteger un edificio de 305 metros (1.000 pies) de altura, como reconoció Donald Trump cuando dijo que el rascacielos que estaba construyendo en Chicago no sería tan alto como la Torre Willis porque no quería que fuese un blanco para el terrorismo.

Luego de los ataques se habló de hacer los edificios más sólidos y fáciles de evacuar en una emergencia, pero los trabajos hubieran sido demasiado costosos, si no imposibles.

"No sé de ningún edificio cuya estructura haya sido modificada para que pueda resistir un ataque como el del 11-S", señaló Adrian Smith, arquitecto que diseñó el Hotel y Torre Internacional Trump de Chicago y al Burj Khalifa de Dubai, que es el edificio más alto del mundo.

Pero se han tomado algunas medidas para hacer que los edificios resulten más seguros.

La Comisión de Códigos Internacionales recomendó 40 cambios en los códigos de construcción tras los ataques del 11-S, incluidas escaleras más anchas para permitir que los bomberos puedan subir mientras los ocupantes del edificio evacúan la estructura. Pero son solo recomendaciones y su adopción queda a discreción de las municipalidades.

En Chicago, por ejemplo, se aprobó una ordenanza por la que los rascacielos deben presentar a la municipalidad planes de evacuación. Y los edificios más altos tienen que entregar al departamento de bomberos planos del edificio para que las unidades sepan de entrada cuál es la mejor forma de combatir incendios o derrumbes.

Por otra parte, se están realizando ensayos de evacuación periódicos, algo que antes no ocurría.

Y ahora es más difícil ingresar a los edificios altos a raíz de las nuevas medidas de seguridad, que se parecen en muchos casos a las de los aeropuertos e incluyen a menudo detectores de metales y revisión de bolsos.

Esas medidas, sin embargo, se han relajado un poco, según David Milberg, del estudio de abogados Schiff Hardin, que tiene oficinas en la Torre Willis, un edificio de 110 pisos.

"Ahora tenemos tarjetas de acceso electrónico para los ocupantes del edificio. Los visitantes deben presentar documentos de identificación con fotos y debemos avisar previamente de su llegada", indicó. "Si no te dan el visto bueno, no puedes entrar".

En las construcciones nuevas, por otro lado, sí se están tomando medidas para hacerlas más seguras.

En Nueva York, por ejemplo, las escaleras de los rascacielos deben ser más anchas y estar construidas con materiales más duros, lo mismo que los ascensores.

Para evitar que un piso aplaste al de abajo, como sucedió en las Torres Gemelas, se dispuso que los edificios altos deben ser construidos de modo tal que, ante una tragedia, se produzca un "derrumbe progresivo", pero no se indicó exactamente qué hay que hacer para que ello suceda.

Muchas empresas están tomando medidas por su propia cuenta y tratando de usar materiales a prueba de incendios.

El costo de estas medidas es siempre un problema.

"Eso es bien frustrante", dijo Irwin Cantor, ingeniero que diseñó muchos rascacielos y que integra la comisión de planificación de la ciudad de Nueva York.

"Viene alguien y dice 'quiero proteger mi edificio contra una bomba de x kilos' y tú le dices que eso cuesta entre 10 y 20 millones de dólares", relató. "Te contestan, 'epa, estoy asustado, pero no tanto"'.

Un cambio importante, según los expertos, es la presencia de ascensores que pueden ser usados durante incendios tanto por la gente que huye del edificio como por los bomberos. Estos ascensores son comunes en otras partes del mundo.

"Aquí consideramos que no usar ascensores durante incendios es una de las campañas de educación del público más exitosas de la historia", expresó Jason Averill, experto en incendios del National Institute of Standards and Technology. "Pero el uso de ascensores acorta mucho una evacuación".

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