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EL CAIRO, Egipto, feb. 25, 2011.- Las manifestaciones pacíficas en esta región del mundo están demostrando, en unas semanas, que pueden ser más efectivas que décadas de atentados con bombas.
Dos dictaduras longevas han caído, otra se desmorona rápidamente y una decena de regímenes autoritarios se cimbran ante la fuerza de la protesta ciudadana.
Es la fuerza de los jóvenes que se han asomado a través de la tecnología a la ventana de un mundo hasta ahora vedado para ellos, el de las libertades democráticas.
Viene una tormenta de libertad, este rincón del mundo seguía en la oscuridad. Aquí no se estaba dando nada de libertad y ahora se está dando, llegó tarde pero estábamos casi desesperados de que nunca fuera a llegar.
"Están las aspiraciones de toda la juventud del mundo árabe, en el Magreb, Yemen, Bahrein, incluso en Arabia Saudita, además de en Siria y Jordania. Hay una aspiración por parte del mundo árabe de tener una mayor democracia, de poder expresarse con mayor libertad y también hay demandas sociales, demandas de empleo, de mejores salarios".
"Ellos exigen una vida nueva; las aspiraciones en el conjunto de ese mundo son comunes y en revancha las respuestas son diferentes", agregó Bemjamín Stora, analista sobre conflicto de Medio Oriente.
Las voces que demandan en la calle bienestar y libertad derriban muros que parecían inconmovibles, pero una vez derrumbados, queda la incertidumbre, la falta de instituciones, las inercias culturales, el ¿Qué viene después?.
"Egipto no tiene las bases para ser una democracia, la religión del Islam no es pro-democrática, lo sabemos bien, y tampoco lo es el nacionalismo árabe, que aún es muy fuerte en Egipto. Es muy difícil cambiar esa forma de pensar", comentó Horacio Rocha, corresponsal en Medio Oriente.
No son poco los obstáculos, pero en el largo plazo puede vislumbrarse un puerto positivo.
El mundo árabe se democratiza, estos países a lo mejor van a perder algunos privilegios pero a largo plazo resolverán muchos problemas.
"No habrá inmigración, radicalismo y terrorismo global procedente de los países del Islam que tiene que ver en parte con la represión llevada a cabo por los regímenes árabes, yo creo que la democratización del mundo árabe aportará resultados beneficiosos no diría yo a corto plazo pero dentro de unos cuantos años vamos a ver resultados palpables en el terreno", señalo, Mourad Zarrouk, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid.
"Para empezar un caos de varios meses sino que es de varios años como cualquier revolución para que se estabilice la situación toma décadas a veces y en Egipto es poquito más complicado. Hay el factor del islamismo que todavía no sabemos cuál va a ser el papel de esta corriente de ideas dentro del proceso de democratización", mencionó Stephan Sberro, analista internacional en Medio Oriente.
La esperanza es que para las nuevas dudas quizá no funcionen las viejas respuestas.
"Al Qaeda es una de las banderas del islamismo, es un fracaso hasta la fecha, Al Qaeda no ha hecho otra cosa que cosechar desastres dentro del islamismo aunque su popularidad es muy grande, su efectividad es muy limitada, es mucho más importante el papel de movimientos entre comillas más pacíficos, como ejemplos los hermanos musulmanes de Egipto", agregó Florentino Portero, analista internacional en Medio Oriente.
"Sí entendemos la preocupación de Estados Unidos, Occidente e Israel, pero pienso que si tenemos regímenes democráticos en esta parte del mundo trabajarán por una verdadera paz del mundo, adoptarán una política diferente de cara al conflicto árabe israelí para contribuir mucho mejor a un sistema democrático, estaremos mucho más cercanos al régimen estadounidense posterior, a regímenes africanos a países del tercer mundo, esto podría contribuir mucho más a la estabilidad del sistema internacional", dijo Hásan Nafea, coordinador de oposición egipcia.
Y aunque hasta hoy desde otras latitudes se observe con miedo este proceso, este fenómeno inédito, las nuevas respuestas deberán venir de aquellos que ya superaron el temor.
"Nosotros estuvimos bajo dictaduras y ellos estuvieron apoyando a todos nuestros dictadores y de hecho los armaban en nuestra contra. Y los armaban contra nosotros y nos mataban. Y ellos de hecho ocupaban algunas de nuestras áreas y aún así nos tenían miedo", dijo Nawarra Lemm, bloguera.
"Por supuesto que hay prejuicio en occidente pero no solamente son prejuicios se trata de un problema real y hay antecedentes que hacen temer que haya problemas. No solamente el antecedente Iraní, Argelia, de Gaza finalmente la democracia degeneró rápidamente en otro tipo de dictaduras. Pero los antecedentes no son tan alentadores", expresó Stephan Sberro.
Pero entre la certeza de la opresión y la incertidumbre de la libertad, hay cabida para la esperanza.
"No todos estarán a gusto con estos movimientos de liberación, pero nosotros estamos haciendo el intento y esperamos poder unirnos y contar con algún tipo de unión árabe", concluyó Nawarra Lemm.
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