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CIUDAD DE MÉXICO, México, feb. 21, 2011.- El dopaje es una práctica ampliamente conocida en el ámbito deportivo, pero lo que pocos saben es que también existe en el mundo académico.
Esta tendencia, conocida como dopaje cerebral, se vuelve cada vez más común en carreras profesionales que demandan de un alto de concentración.
Las sustancias que se utilizan son drogas diseñadas para tratar padecimientos como la narcolepsia y el trastorno por déficit de atención.
"Básicamente te permite centrar tu atención en el asunto que estás tratando de resolver. Qué otra cosa hacen, mayor retentividad, esto quiere decir que eres capaz de leer y retener más. Y creatividad", dijo el neurocirujano Héctor Gómez.
El dopaje cerebra no es una práctica reciente, pero sí se ha expandido con la llegada de medicamentos que suponen menores riesgos a la salud.
Incluso en el sector militar, las anfetaminas fueron reemplazadas por estas sustancias, permitiéndole a pilotos y soldados mantener un estado de vigilia por hasta 48 horas.
En el caso del dopaje académica, es la presión social y el deseo por sobresalir lo que hace que, tanto estudiantes como profesores, pasen del consumo de cafeína al de drogas neuroestimulantes.
Un caso especial es el de los estudiantes de medicina, quienes tienen a su favor un mayor conocimiento de las sustancias que pueden facilitar su proceso de cognición.
Aunque ya se conocen los efectos positivos que tienen los potenciadores del conocimiento, es poco lo que se sabe de sus riesgos a largo plazo.
"Estamos abriendo la puerta a ser más inteligentes, tener mejor memoria, ok. Pero el costo no nada más es que te dé un poco de prurito, o de que te sientas irritable, el costo no lo sabemos. Y cuando menos desde el punto de vista cerebral, la bioquímica es tan delicada, que yo sería muy cauto en la utilización de estas sustancias", añadió el Héctor Gómez.
Además de las posibles lesiones a nivel cerebral, esta práctica también ha planteado un nuevo dilema ético.
"Hay una gran preocupación por muchísimas gentes que ven la parte ética de este asunto. Los detractores dicen: No, es que estamos empujando a nuestra juventud a lesionar su cerebro. Pero la gente que está a favor del brain doping puede decir: Qué harías tú, si tienes un investigador de cáncer que tiene ideas brillantes y que quiere todavía tener mejores ideas", aseveró el neurocirujano Héctor Gómez.
¿QUÉ SIGUE?
Los expertos predicen que los laboratorios farmacéuticos invertirán en la creación de un nuevo médicamente que otorgue los beneficios cognitivos sin los riesgos cerebrales.
Es decir, lo que en un futuro podría conocerse como la píldora de la inteligencia.
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