La región española de Cataluña necesita un gobierno fuerte

Artur Mas apuesta a la aprobación de un referéndum y el establecimiento de la consulta soberanista como prioridad en su gobierno

BARCELONA, España, nov. 26-2012.- El presidente catalán en funciones y líder de los nacionalistas de Convergencia i Unió (CiU), Artur Mas, dijo que mantiene la consulta soberanista, que será un "tema prioritario" a la hora de negociar pactos con otras fuerzas políticas para formar el nuevo gobierno regional.

En una conferencia de prensa, Mas destacó que "en ningún momento" se planteó dimitir al conocer los resultados de los comicios regionales celebrados ayer domingo, en los que su formación de centroderecha ganó las elecciones, pero perdió 12 escaños.

Aseguró también que Cataluña necesita "un gobierno fuerte y estabilidad parlamentaria" y, para ello, dijo que está abierto a pactar con otras fuerzas.

En el caso del referéndum, puntualizó, ante la pregunta de un periodista, que "es bastante probable que se produzca a lo largo de estos cuatro años" porque, afirmó, "hay un apoyo muy amplio".

"Este era nuestro compromiso y lo mantenemos", agregó el líder nacionalista y presidente regional en funciones.

Mas compareció ante la prensa acompañado por su socio de coalición, el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, quien especificó que se plantean eventuales pactos de gobierno con ERC, una formación de izquierda, republicana e independentista, y con el Partido Socialista de Cataluña.

ERC obtuvo 21 escaños en los comicios del domingo (tenía 10), lo que la convierte en la segunda fuerza política regional, y desplaza de ese puesto a los socialistas, que se quedaron con 20 escaños, ocho menos que en las últimas elecciones de 2010.

Según Mas, a la hora de cerrar los pactos de gobierno se deberá tener en cuenta también una agenda política, económica y social determinada por el programa de su formación.

Convergencia i Unió (CiU), la coalición que lidera Mas, ganó los comicios pero perdió doce diputados al quedarse con 50 escaños frente a los 62 que tenía, lo que ha sido interpretado por las fuerzas políticas españolas como un fuerte revés para el líder nacionalista que adelantó los comicios dos años para abrir un proceso soberanista, que incluye la celebración de un referéndum.