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CIUDAD DE MÉXICO, México, oct. 18, 2012.- A un mes de la explosión en la planta de medición del complejo de gas del kilometro 19 en la Cuenca de Burgos en Reynosa, Tamaulipas, siete cuerpos no han sido identificados.
"Yo me fui como tres días a andar buscando por afuera anduvimos alrededores, las brechas buscando no hayamos nada. Yo no me voy hasta que me lleve a mi hijo", dijo Gregorio Pachuca, padre del joven desaparecido Eduardo Pachuca.
También permanecen hospitalizados ocho trabajadores de compañías externas que le brindan servicio a Pemex, tres en el hospital de zona de la ciudad de Monterrey, cuatro en la clínica del IMSS en Reynosa y una en una clínica particular de esta ciudad.
Este jueves, el obispo de la diócesis de Matamoros, Ruy Rendón, oficio una misa especial en memoria de las víctimas de la explosión.
"Siéntanse fortalecidos y que la fe en Dios les ayude a salir delante de esta prueba tan difícil por la que están pasando", dijo el obispo.
"Cinco segundos bastaron para perder a nuestros padres, hijos, compañeros de trabajo", comentó Placido Gerardo Reyes, administrador del Activo Integral Burgos en Reynosa.
Con tristeza, los deudos recordaron los momentos de angustia que vivieron tras enterarse de la tragedia de Pemex.
La planta de medición donde ocurrió la explosión el pasado 18 de septiembre permanece operando de manera normal.
En el área que fue destrozada por la explosión e incendio continúan los trabajos de investigación por parte de la Procuraduría General de la Republica.
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