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CIUDAD DE MÉXICO, México, mar. 8, 2012.- El presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Carlos Aguiar, reconoció que los mexicanos están pasando por un momento "trágico" en materia de convivencia y seguridad, por lo que es el momento más valioso para que el Papa Benedicto XVI "nos consuele".
Aguiar Retes aseveró que los momentos que se viven en México son difíciles, nadie los puede negar, "atravesamos por un momento muy doloroso, trágico en el aspecto de la convivencia social, de la tranquilidad y de la seguridad".
Evidentemente, enfatizó, es un contexto distinto a las visitas del papa Juan Pablo II, cuando de por sí ya se necesitaba el cariño del santo padre, ahora con mayor razón.
Es decir, "cuando uno se siente caído, con problemas, es cuando más vale la cercanía de las personas y cuando más apreciamos el que nos vengan a dar la mano, nos vengan a consolar, nos vengan a decir que no nos vamos a quedar ahí, postrados, y por eso la esperanza es un punto que toca la visita del papa".
Al dar el mensaje de clausura del Seminario de Actualización para Periodistas que se realizó en la Universidad Panamericana, el prelado aseguró que el pontífice estaba convencido de venir a México desde el inicio de su pontificado, es decir desde 2005.
A través de un videomensaje, Aguiar Retes, quien será parte del séquito papal en México, indicó que cuando se le informó al Presidente Felipe Calderón Hinojosa de la visita la calificó como una bendición para la patria.
Esta posición "se ha extendido en diversas instancias de gobierno, diferentes personalidades de la política y del mundo general de los gobiernos", afirmó.
"La cercanía de la visita va intensificando esta alegría que nos da y en este momento están ya los días muy contados, estamos prácticamente con la cuenta regresiva y vemos cómo por todas partes empieza ya la efervescencia", resaltó.
Pero sobre todo, "creo que la muestra mayor es que en todos los movimientos católicos la gente está orando para que la venida del papa sea muy fecunda", abundó Aguiar Retes.
El presidente de la CEM aseguró que uno de los mayores regalos es precisamente la presencia del papa, "su figura, el saber que está en tierra mexicana el sucesor de Pedro, es decir que su sola presencia llena de alegría a quienes lo aman".
En este contexto, el representante de los más de 100 obispos mexicanos consideró que durante la primera visita de Benedicto XVI a México seguramente el pontífice externará sus preocupaciones.
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