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CIUDAD DE MÉXICO, México, jun. 20, 2011.- El presidente de El Salvador, Mauricio Funes, fustigó hoy las leyes antiinmigrantes que han sido aprobadas o están en proceso de ser adoptadas en Estados Unidos, durante una visita de Estado a México, país que está luchando en instancias legales también contra las mismas.
"Con México compartimos el interés por velar por nuestros connacionales en EU, que constituyen un significativo porcentaje de la población latina en ese país", dijo Funes en un mensaje a los medios de comunicación ofrecido en la residencia presidencial de Los Pinos junto a su homólogo mexicano, Felipe Calderón.
"Lo hacemos sobre todo ante el auge de iniciativas antiinmigrantes en varios estados como Arizona, Utah, Indiana y Georgia", afirmó.
Recordó que ambos países "han aunado esfuerzos para respaldar la iniciativa "amigos de la corte" encabezada por México contra leyes "inspiradas en la de Arizona (SB1070), que contienen disposiciones que consideramos xenofóbicas porque criminalizan la migración y favorecen un trato claramente discriminatorio".
Los dos mandatarios asistieron este lunes a la firma de un Memorándum de Entendimiento en materia de Atención a Comunidades en el Extranjero por parte de los titulares de Exteriores, la mexicana Patricia Espinosa y el salvadoreño Hugo Martínez, después de celebrar una reunión de trabajo.
Al término de la misma, Funes dijo que su país ve "con preocupación la estigmatización de los millares de hombres y mujeres que emigran en busca de un destino que no encuentran en sus lugares de origen".
El gobernante centroamericano dijo también que es necesario unir sus esfuerzos contra "el crimen organizado y por la garantía de los Derechos Humanos de los migrantes a la lucha contra la pobreza y la injusticia, que son caldo de cultivo de los dramas" que buscan combatir.
Calderón también celebró el acuerdo con su homólogo para "fortalecer la coordinación y la cooperación" bilateral con el fin de avanzar hacia "una migración más segura y más respetuosa con los Derechos Humanos".
"Las condiciones en las que se da actualmente la migración ponen a las personas en una situación de alta vulnerabilidad", lamentó el presidente de México, quien insistió en que la violencia y los abusos contra los indocumentados les preocupa e indigna, por lo que tienen la obligación de erradicarlos.
México, país que comparte una frontera de 3.200 kilómetros con EU y se ha convertido en zona de paso cada año para miles de centroamericanos hacia ese país, fue escenario en agosto de 2010 de una matanza de 72 migrantes ocurrida en San Fernando, Tamaulipas.
Calderón recordó la masacre y llamó la atención sobre el hecho de que ha habido un "esfuerzo para proteger de manera más efectiva la seguridad, la integridad y los derechos de los migrantes".
En particular, se congratuló de que su país haya aprobado en los últimos meses una reforma constitucional que mejora la protección en materia de Derechos Humanos, la reforma a la ley de amparo y una nueva Ley de Migración.
"Son transformaciones que representan un punto de inflexión en la manera en la que nuestro país aborda el desafío migratorio", agregó.
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