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CIUDAD DE MÉXICO, México, mayo 3, 2011.-Con la colocación de una cruz, adornada con flores y bendecida por un sacerdote, en la parte más alta y visible de la obra en que trabajan, cientos de trabajadores de la construcción iniciaron este martes la celebración del Día de la Santa Cruz.
Este 3 de mayo los albañiles guardaron sus herramientas para escuchar una misa y solicitarle a la Santa Cruz que los cuide del peligro y les permita llegar a sus hogares después de terminada su jornada.
Por un día, los trabajadores de la construcción dejan la mezcla y cambian la cuchara y la plomada por cervezas y platillos exquisitos con que los festeja el encargado de la obra, el propietario o los arquitectos.
La fiesta de la Santa Cruz es motivo de jolgorio para los albañiles, quienes festejan con cohetes, música, baile y platillos típicos que comparten con familiares y amigos de la construcción.
Para esta celebración, el patrón tiene que lucirse, preparar la mejor comilona del año con platillos como arroz, barbacoa, chicharrón en salsa verde, mole con pollo y tortillas de comal.
Además de los exquisitos platillos para degustar no pueden faltar los refrescos, las cervezas, el tequila, el mezcal, el pulque y la música 'guapachosa' para amenizar la comida y después para sacar los mejores pasos de baile.
Esta tradición data de la época colonial a partir de la formación de los gremios y según viejas crónicas fue impulsada por Fray Pedro de Gante.
Esta es una fiesta muy antigua, en la que se conmemora a la Cruz en la que Cristo realizó su mayor sacrificio, y que además recuerda su triunfo sobre la muerte a través de su resurrección, pero también tiene un significado relacionado con una antigua creencia indígena.
En la época de la colonia, los indígenas mesoamericanos vincularon a la cruz con las direcciones cardinales de la cosmografía norte, sur, este oeste y centro que gráficamente formaban la cruz.
Con la llegada de los españoles esta evocación se sustituyó por el simbolismo religioso de la Santa Cruz y desde entonces se estableció la celebración de esta fiesta con la construcción de casas, iglesias, conventos, y demás edificaciones con mano de obra indígena.
Esta celebración fue suprimida del calendario litúrgico por el papa Juan XXIII, sin embargo los trabajadores de la construcción de México mantienen viva la tradición.
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