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ACAPULCO, México, abr. 8, 2011.-Poco después de las 11:30 horas el Buque Escuela Cuauhtémoc BE-O1 abandonó el Puerto de Acapulco e inició el crucero de instrucción "Mediterraneo 2011", en medio de aplausos, risas y el llanto tanto de los marineros que se embarcaron como de sus familiares que los despidieron.
El también llamado "Caballero de los Mares" llevará a cabo una travesía de 230 días en la cual, visitará mas de 16 puertos en tres continentes, cubriendo una travesía de más de 38 mil 879 kilómetros con 247 tripulantes a bordo.
El Presidente Felipe Calderón, en su papel de Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas que le confiere la Constitución, fue el responsable de despedir el emblemático navió, a la voz de "buena mar, buen viento y buen viaje".
Previo a esto, el Capitán de Navío y Primer Comandante del buque, Marco Antonio Vila Vivaldo, subrayó que el Cuauhtémoc llevará, como siempre lo ha hecho, un mensaje de amistad y buena voluntad de México para todas las naciones del mundo
Subrayó además que la ruta "Mediterraneo 2011" tiene como objetivo específico el exaltar el espíritu marinero y fortalecer la formación profesional de 54 guardiamarinas recién egresados de la Escuela Naval Militar, quienes pondrán en práctica las habilidades de navegación adquiridas.
"Además y por primera vez en la historia del buque, se suman mujeres a su tripulación, quienes participarán activamente en un ambiente de pleno respeto y apego a los principios de equidad y género", apuntó.
A la ceremonia de despedida del buque escuela, que se realizó en el muelle de la Octava Región Naval, acudieron el ingeniero y empresario Carlos Slim Helú.
De igual manera, asistieron centenares de familiares de los marinos que se embarcaron, a los que despidieron con aplausos, besos, pero también algunas lágrimas.
"Estoy segura que les va a ir muy bien, es una experiencia de esas que se tienen una vez en la vida para los muchachos, pero pues igual da tristeza despedirlos pues van a estar muy lejos varios meses", indicó visiblemente conmovida Josefina Espinosa, madre de uno de los marineros que partieron.
La discapacidad motriz tampoco fue impedimento para que algunos familiares, principalmente abuelos o padres, acudieran a la ceremonia de zarpe del Cuauhtémoc en sillas de ruedas o apoyados en un par de
muletas.
Hubo casos emblemáticos como el de la señora Leonor Pando, quien señaló que en sus 75 años de vida le ha tocado despedir a varias generaciones de varones de su familia, quienes se han embarcado en distintos cruceros de instrucción, entre ellos su abuelo, su esposo, su hijo y ahora su nieto.
La ceremonia fue fuertemente vigilada por elementos de la Armada y el Ejército mexicano, quienes establecieron un estricto cordón de seguridad a cerca de un kilómetro a la redonda.
La ceremonia concluyó al filo de las 12:00 horas, sin que se registrara ningún incidente.
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