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LIMA, Perú, mar. 25, 2011.- Primero fue el cine de oro mexicano. Las películas de Pedro Infante, Jorge Negrete, Evita Muñoz, María Antonieta Pons, Amalia Aguilar, Miguel Aceves Mejía, Mario Moreno " Cantinflas" y tantos otros actores de talla provocaban furor en cines y salas de teatro sudamericanas.
Los títulos de los melodramas mexicanos están en las galerías de los mejores films: Allá en el Rancho Grande, Nosotros los pobres, Ustedes los ricos, Pepe el Toro, Tizoc, etc.
Luego vendrían las rancheras, los mariachis. Y más adelante, las telenovelas, historias de pasión , amor, ternura y odio que entretienen hasta hoy a los televidentes sudamericanos.
Ya en los últimos tiempos, el fútbol mexicano se sumó a la invasión de tierras sudamericanas:
La Copa América, la Copa Sudamericana, la Copa Libertadores y la cada vez más importante presencia de futbolistas mexicanos en las ligas de los países del sur.
En el plano económico, las cosas también han marchado por buen camino.
En el año 2010, el intercambio comercial entre México y Sudamérica creció 27 por ciento en relación al 2009, año de la crisis mundial. Hoy, las inversiones mexicanas en tierras sudamericanas superan los 23 mil millones de dólares. Sólo en el campo de las exportaciones, el comercio creció en más de 40 por ciento, mientras que las importaciones mexicanas desde las naciones sudamericanas aumentaron en más de 15 puntos.
Como será de importante la relación comercial que el superávit mexicano en su bastión sudamericano fue de más de 4 mil 500 millones de dólares, bastante superior a los mil 734 millones de dólares totalizados en el 2009.
La importancia que juega México como socio estratégico en la región es una realidad ampliamente documentada por las cifras. Por ejemplo, en Perú, la balanza comercial en el 2010 fue favorable a México en el orden de los 637 millones de dólares.
Y es que la presencia económica de México en suelo peruano, según declaró a noticieros Televisa el diplomático Jorge Cicero, ministro encargado de la embajada mexicana, es vigorosa y expectante. Así, las inversiones de empresas mexicanas en los rubros de minería, telefonía, alimentos, turismo, servicios, infraestructura, construcción, televisión y finanzas superan largamente los 3 mil 600 millones de dólares.
Actualmente, México es el octavo inversionista mundial en Perú, lo que lo convierte además en el cuarto mayor receptor de inversiones mexicanas en Latinoamérica.
En círculos económicos, empresariales y gubernamentales peruanos se vislumbra por tanto como inminente la suscripción de un tratado de libre comercio con México, lo que apuntalaría la presencia mexicana en Sudamérica.
Esta nueva estructura en el ajedrez económico de la región no ha pasado inadvertida para el presidente peruano Alan García, quien desde el año pasado viene preconizando la necesidad imperiosa de formar un área de libre comercio en países con costas en el Pacífico. Esto es, Colombia, Chile, Ecuador, Panamá Perú y por cierto México.
Esta semana en Colombia, donde el presidente García estuvo de huésped oficial, ha anunciado ya que en breve se adoptará un paso irreversible en la integración profunda entre Perú, Colombia, Chile y México.
En realidad, según expertos, se trata de un nuevo eje comercial, ambicioso e inédito, que liberará el ingreso de bienes, servicios, capitales y personas.
Un paso audaz que afianzará la integración de México hacia Sudamérica.
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