Cine verde, de la mano de la conciencia ambiental

Por Agencia | Fuente: EFE | 2010-11-30

Cada vez hay más festivales y encuentros del cine comprometido con la Naturaleza; el cine verde está de moda

MADRID, España, nov. 29, 2010.- La preocupación por la conservación natural modifica poco a poco los hábitos de las sociedades. Palabras como reciclar, reutilizar, reducir y rechazar se han convertido en vocablos de uso diario para millones de personas en todo el mundo, y, como era de esperar, esta tendencia ha permeado las industrias culturales, especialmente la cinematográfica.

Los que años atrás fueran considerados documentales exclusivamente académicos y relegados a proyectarse solo en televisión, son ahora producciones exitosas en festivales internacionales, consideradas verdaderas obras de arte y, muchas de ellas, reconocidas mundialmente, pues han logrado recaudar millones en taquilla en cines de decenas de países.

Los cineastas son los primeros en celebrar esta "revolución verde" del celuloide, pues les abre las puertas a gozar de reconocimiento trabajando géneros hasta ahora un poco menospreciados por la industria y aventurarse a desarrollar obras más personales y creativas.

Mega-producciones como "Una verdad incómoda", La marcha de los pingüinos", "Earth", "Home" y "The Cove", fueron vistas por millones de personas en todo el mundo, confirmando el interés de las nuevas audiencias por informarse sobre estos temas en la pantalla grande.

Pero bajo su sombra proliferan decenas de filmes más modestos en presupuesto pero de la más alta calidad que encuentran, cada día más, caminos abriéndose para su distribución.

"BOOM" VERDE

Un síntoma inequívoco de que el cine ambiental y el género documental ganan terreno y son apreciados por el público en diversas latitudes es la proliferación de festivales especializados.

Solo entre septiembre y octubre, países como España, Brasil, Egipto y Costa Rica acogen festivales de cine ambiental en los que se proyectaron obras de distintos continentes, pero estos eventos son ya reconocidos y populares en naciones como Italia, Alemania, México, Argentina y Perú.

Por si fuera poco, la Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que se celebrará en Cancún (México) en diciembre, incluirá una cumbre sobre cine medioambiental.

Del 4 al 8 de octubre, el parque nacional español de Doñana, en Andalucía, fue  escenario del Festival Internacional de Cine Científico y Ambiental, cuyo objetivo es "divulgar aspectos relacionados con el medio ambiente y la sostenibilidad".
 
El festival contó con diez proyecciones de directores como Álvaro Mendoza, Joaquín Gutiérrez y Luis Miguel Domínguez, y se complementará con un curso avanzado de producción y realización de cine científico.

El ciclo de cine "¡Despierta! el planeta te necesita", se celebró con gran éxito en Madrid a mediados de septiembre, e incluso contó con la participación de la secretaria española de Estado de cambio climático, Teresa Ribera.

En Río de Janeiro, el Festival anual de Cine se tiñó este año de verde con la proyección de doce largometrajes sobre temas ambientales, una cifra inédita para este certamen.

DE LAS GRANDES URBES A LA PERIFERIA

Pero la demanda del público por este tipo de cine no es exclusiva de grandes ciudades, que tradicionalmente son referentes de la cultura mundial. Pequeños países como Costa Rica toman protagonismo en el mapa de la industria cinematográfica, y ya no únicamente como locación para hacer tomas de selvas tropicales y playas cálidas.

Costa Rica fue sede a finales de septiembre del I Festival internacional de cine del medio ambiente que se celebra en Centroamérica. "CRiterio Ambiental" reunió a realizadores y expertos en conservación de Holanda, Francia, Brasil, Suecia, Eslovenia, Argentina, México, España, Alemania y Austria.

Un total de 33 filmes se proyectaron de forma gratuita en la localidad rural de La Fortuna de San Carlos, en la zona norte, una de las regiones de mayor afluencia turística del país.

El objetivo, al igual que los certámenes de otros países: acercar al público a un cine novedoso que busca ser un agente de cambio para mejorar la relación entre el ser humano y el planeta.

Figuras como Laetitia Pichon, productora de la conocida película "Home", así como Miguelanxo Prado, autor del largometraje español de dibujos animados "De profundis", participaron en el festival costarricense, donde sus obras fueron aplaudidas por el público local y extranjero.

A la cita acudieron además Christina Hemauer y Roman Keller, autores y productores del largometraje documental suizo "A road no taken"; Matías Bosa, coproductor y músico del largometraje documental argentino "Vienen por el oro, vienen por todo", y Ton van Zantvoort, autor del largometraje documental holandés "A Blooming business".

Otro de los atractivos del festival costarricense fue la participación del nadador esloveno Martin Strel, poseedor de varios récords Guinness de natación en aguas abiertas y famoso por nadar, en 2007, más de cinco mil kilómetros en el río Amazonas en 65 días.

Strel, de 55 años, y sobre quien se presentó un documental en el festival, se tiró al agua del Lago Arenal, el más grande de Costa Rica, y nadó dos kilómetros para llamar la atención de las autoridades mundiales sobre la urgencia de reducir la contaminación.

LA  INDUSTRIA VUELVE SUS OJOS AL DOCUMENTAL

Gustavo Solís-Moya, director de CRiterio Ambiental, explica que "la producción documental está teniendo un enorme auge; la respuesta del público es más que positiva y las películas finalmente están encontrando canales de distribución masivos".

Según Solís-Moya, la temática ambiental se ha vuelto tan popular y rentable que productoras gigantes mundiales, como Disney, han vuelto sus ojos hacia este tipo de filmes e incluso han creado departamentos especializados, como Disney Nature.

Además, existe un proyecto para crear una red de televisiones públicas iberoamericanas donde se proyecten documentales producidos en la región, añadió.

Para el español Miguelaxo Prado,  el interés del público por el medioambiente y el género documental favorece la creación de cine menos comercial y más reflexivo, lo que abre valiosas oportunidades a los artistas para dejar volar su imaginación.

En su caso, se atrevió a producir "De profundis", un largometraje de dibujos animados que intenta ser un homenaje al mar.

Prado reconoce que esta "es una obra enteramente personal y subjetiva", que surgió como una inquietud después de la tragedia ecológica ocurrida en las costas de Galicia en 2002, cuando un buque petrolero derramó miles de litros de crudo al mar.

El resultado, tras seis años de trabajo, fue un filme cuya técnica es la pintura en movimiento, con cuadros dibujados y pintados enteramente por Prado, que hacen un recorrido, un viaje narrativo a través de las maravillas del océano desde los ojos de un pescador cuyo barco se ha hundido.

El realizador español sostiene que estas "propuestas no comerciales en el sentido tradicional del audiovisual son posibles y exitosas ahora, tanto por las facilidades tecnológicas como por el interés de un público cada vez más diverso".

"La tecnología nos permite cosas tan peculiares como esta y así muchos creadores pueden abrirse camino y aprovechar la sensibilidad de la gente para producir películas más individuales, más únicas, más expresivas",  dice, por lo que el panorama de la industria cinematográfica parece no solo teñirse de verde, sino de muchos otros colores.

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