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CIUDAD DE MÉXICO, México, nov. 14, 2010.- El cardenal Norberto Rivera refirióque el desempleo es la fuente de la "aterradora" situación que enfrenta el país y se materializa en crisis económica, dramas familiares e inseguridad pública.
Para enfrentar ese panorama, el arzobispo primado de México señaló que es necesario desarrollar la responsabilidad y la solidaridad, además de impulsar las rectificaciones necesarias que hagan posible la urgente creación de fuentes de empleo.
Indicó que el presupuesto de la federación que se discute en el Congreso de la Unión debe ser para favorecer a la gente, para crear nuevas fuentes de empleo, en lugar de ser abordado como un "botín" a repartir.
Durante su homilía en la Catedral Metropolitana, expuso que para la Iglesia el trabajador no es solamente una fuerza de trabajo, sino la clave de la cuestión social a través del cual el ser humano realiza la obra de Dios.
El trabajo debe ser para el hombre y su familia el medio ordinario de subsistencia; por medio del trabajo, el individuo se relaciona con otros y hace un servicio a su comunidad, señaló el arzobispo.
De ahí se deriva para todo hombre el deber de laborar y también el derecho al trabajo, de donde surge el compromiso de todos los integrantes de una sociedad para ayudar a que los ciudadanos tengan oportunidad de obtener un empleo que les permita llevar una vida digna.
"El trabajo es la clave de la cuestión social, debe ser tomado muy en cuenta para resolver los problemas actuales que nos agobian", reiteró Norberto Rivera
Afirmó que la falta de trabajo, la desocupación, el desempleo que aterroriza cada vez que se presenta, hace imposible sacar adelante a la familia y es fuente de dramas morales y sicológicos, por el sentido de frustración y desesperanza que origina.
El cardenal hizo notar que el desocupado se siente inútil, pierde la estima de sí mismo y de sus familiares que lo juzgan incapaz y falto de iniciativa; ante la frustración y la desesperanza, es una víctima más propicia para los delincuentes y criminales.
Por ello, recalcó que el país debería estar agradecido con los miles de trabajadores que con su labor silenciosa y constante hacen posible que México esté en pie.
Además sostuvo que se debe aplaudir y premiar fiscalmente a aquellos empresarios que en medio de la crisis pagan impuestos, ya que esos recursos son el instrumento más eficaz para la justa distribución de la riqueza y son los que hacen posible llevar los servicios básicos a los más necesitados.
La Iglesia Católica no puede dedicarse sólo a la eternidad, puntualizó el cardenal, ya que no puede ignorar las injusticias actuales para esperar sólo la justicia del juicio final.
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