El milagro de Juan Pablo II

Por Valentina Alazraki | Fuente: Noticieros Televisa | 2013-07-03

Floribeth, curada por Juan Pablo II

Noticieros Televisa entrevista en exclusiva a Floribeth Mora Díaz, quien fue curada milagrosamente por Juan Pablo II

ROMA, Italia, jul. 3, 2013.- El 8 de abril del 2011, Floribeth se despertó, en su casa, con un fortísimo dolor de cabeza y vómitos.

"Ese día me dio un dolor de cabeza muy fuerte, algo que nunca había sentido, yo agarraba la cabeza con mis manos, porque tenía un dolor muy fuerte. Le decía yo a mi esposo que me ayudara porque me dolía mucho la cabeza, entonces le dije a mí esposo: 'por favor, llévame al hospital porque no me siento bien'", relató Floribeth Mora Díaz, curada milagrosamente por intercesión de Juan Pablo II.

Estos síntomas duraron varios días hasta que, después de ser hospitalizada de urgencia, los médicos le diagnosticaron un grave derrame cerebral.

"Me hicieron un TAC, donde pudieron verificar de que ahí había un goteo de sangre en mi cerebro", recordó la señora Floribeth Mora Díaz.

Los médicos habrían querido cerrar la arteria para evitar el goteo en el cerebro, pero no pudieron hacerlo.

"No podían haber hecho nada por mí, porque me iban a cerrar la arteria con un clip de aluminio que se pone en la arteria para cerrarla y evitar el goteo. No se pudo hacer nada porque estaba en un lugar inaccesible de mi cerebro", recordó Floribeth.

Los médicos hablaron de la gravedad de la situación con Edwin, su marido.

"Fue cuando él me dice a mí: 'no, esto es delicado, ella está mal; así me lo dijo a mí: ella está mal'", comentó Edwin, esposo de Floribeth.

Desde el primer momento, Edwin y Floribeth empezaron a pedirle su curación a Juan Pablo II.

"Siempre pidiéndole a Dios, pidiéndole a Juan Pablo II, él siempre ha estado, como ha estado siempre adelante, Dios ha estado a lado de él. Siempre en mi mente. Yo le pedí a él: Juan Pablo II intercede ante Dios, ayúdeme, dame fortaleza, fuerza para seguir adelante con mi esposa", dijo Edwin, esposo de Floribeth.

Floribeth estaba consciente de que se iba a morir.

"Conversamos de los hijos, de su preocupación de que ella no se quería morir, ¿verdad?, su preocupación principal eran sus hijos, su esposo, sus nietas, en ese momento. Y uno no tiene palabras cuando alguién le dice a uno que no se quiere morir, y usted no tiene palabras, porque en realidad sólo Dios es el que define, y a uno a veces le da miedo contradecirlo, decir: no va a pasar nada; uno no sabe cuál es la voluntad de Dios. Lo único que podía decirle era que le rogáramos a Dios, para que todo saliera bien, ella estaba preocupada", relató Floribeth, hermana de Jaqueline.

Antes de Semana Santa, los médicos le dijeron a su marido que no podían hacer nada por ella, que se la llevara a casa. Floribeth entendió que se acercaba su fin.

"Mi amor no me dejes morir, no quiero morirme, me voy a morir. Yo le decía: 'mi amor no, yo te voy a ayudar'. Pero por dentro decía yo: '¿en qué le puedo ayudar?', si yo estaba metido en un círculo como si no pudiera salir, decía yo: ¿qué puedo hacer aquí?", dijo el esposo de Floribeth

Edwin salió del hospital, se sentó en la banqueta, se puso a llorar. Ahí, escuchó la voz de Juan Pablo II.

"Yo agaché la cabeza, me quedé un rato llorando, agachado. Yo decía: ¡Dios mio, ayúdame! ¡Carol Wojtyla, Juan Pablo II, no me dejen solo, no me dejen solo, ayúdenme! Creo en usted, Santo Papa, yo decía: ¡Juan Pablo II usted es un santo para mí, ayúdeme, ayúdeme! Cuando, recuerdo como si fuera ahorita, donde oí una voz y dice: No tengas miedo, llévatela, llévatela; dos veces me lo repitió, la palabra llévatela me la repitió dos veces: No tengas miedo, llévatela, llévatela", relató la hermana de Floribeth.

Regresaron a la casa. Floribeth se mantenía dormida gracias a los medicamentos.

El día de la beatificación de Juan Pablo II, el primero de mayo del 2011, Floribeth decidió que se quedaría despierta para ver la ceremonia. Toda su familia fue al estadio, donde se transmitía desde Roma la ceremonia de la beatificación.

"Y le pedí a Dios, y le pedí al Papa que por favor intercediera por todas las peticiones, no sólo por la de mi hermana. Por todas las peticiones que llevábamos, que si él quería sanarnos que nos regalara la sanación. ¿Por qué  pedirle intercesión? Porque para mí ya era santo, un hombre que había logrado vivir lo que él había vivido", dijo el esposo de Floribeth.

Durante la ceremonia de beatificación Floribeth siguió pidiendo la intercesión de Juan Pablo II, en frente de su cama había una revista con el Papa en la portada.

"Que me ayudara porque yo no quería morirme, yo quería estar con mis hijos, quería vivir para conocer mis dos nietos que venían en camino, porque tengo tres nietas, y el chiquito, el pequeñito, el nietito. No quería dejar a mi hijo menor, que es lo que más me preocupaba. Ese día pedí bastante a Juan Pablo que me ayudara para que Dios oyera mis súplicas", señaló Floribeth.

A la mañana siguiente se despertó. Miró una revista, en la portada estaba Juan Pablo II, quien con un gesto de la mano le invitaba a levantarse.

"Pero yo escuchaba la voz de él que me decía: levántate, no tengas miedo, pero vi sus manitas que me hacían así. Yo me quedé sorprendida, seguía mirando él, la revista y yo le dije: sí señor; esa fue mi respuesta. Me levanté de mi cama, me levanté de la cama, me fui a la cocina donde está mi esposo, no le dije nada de lo que estaba pasando. Me dice él: ¿qué estás haciendo levantada? Yo: me siento bien; no le dije nada, tenía miedo de decirle lo que estaba pasando en ese momento porque yo pensé que me iba a creer loca", relató Floribeth Mora Díaz, curada milagrosamente por intercesión de Juan Pablo II.

Floribeth se había curado inexplicablemente del punto de vista científico. A partir de ese momento fue sometida a muchos exámenes. El derrame había desaparecido. Meses más tarde, decidió escribir su testimonio. Lo envió al sitio de la Postulación.

El postulador presentó el milagro a la Congregación de las Causas de los Santos, donde en febrero del 2013 fue aprobado por la comisión médica y un mes más tarde por la comisión teológica.

Tras la conclusión del proceso en la Congregación de las Causas de los Santos, toda la documentación será ahora entregada al Papa Francisco, quien decidirá la fecha de la canonización.

 

MACO

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