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ROMA, Italia, mar. 28, 2013.- El Papa Francisco ofició la misa del Jueves Santo en una cárcel para menores, durante la que lavó los pies a doce internos, como hizo Jesús con los apóstoles, en un gesto de humildad.
Ahora como papa, Bergoglio sigue su tradición de cardenal al celebrar la homilía en una cárcel o hospital. Usualmente el sumo pontífice realizaba la misa del Jueves santos en la basílica de San Juan de Letrán.
El acceso a la cárcel de menores no fue permitido a la prensa.
El papa Bergoglio concelebró la misa con el cardenal vicario de Roma, Agostino Vallini; el capellán del reformatorio, Gaetano Greco; el Sustituto de la Secretaría de Estado ("número tres" del Vaticano), Angelo Becciu, y el secretario del papa, Alfred Xuareb.
Desde temprana hora, cientos se situaron en las afueras del penal Casal de Marmo, ubicado a las afueras de Roma, donde a su llegada el papa fue recibido con aplausos y sólo se le vio pasar.
En el reformatorio, que ya visitaron en 1980 Juan Pablo II y en 2007 Benedicto XVI, se encuentran detenidos 46 jóvenes, de ellos 35 varones y once mujeres.
El papa fue recibido por la ministra italiana de Justicia en funciones, Paola Severino; la jefa del Departamento de Justicia de Menores, Caterina Chinnici; el comandante de la Policía Penitenciaria del reformatorio, Saulo Patrizi, y la directora del mismo, Liana Giambartolomei.
Con información de EFE
AGHO
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