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LIMA, Perú, jun 22, 2012.- El Perú, con un potencial de 325 toneladas métricas de cocaína, se mantiene a la cabeza del continente en producción de droga.
Los niveles de esta producción son considerados alarmantes por la Oficina de las Naciones Unidas contra la droga y el delito.
El funcionario internacional Flavio Mirella, dijo que Perú sigue liderando en producción y tráfico y añadió que también se ha disparado el consumo sobre todo en varones de menos de 25 años.
Naciones Unidas, informó Mirella, está trabajando con la fiscalía peruana y otras autoridades públicas para reforzar las leyes antidrogas. Una de las prioridades es recortar el acceso de los productores de droga a los productos químicos. "Sin químicos no pueden refinar el producto y no hay droga", afirmó Mirella.
Desde el año 2011, es conocido que, por primera vez en diez años, Perú superó a Colombia en acopiamiento y distribución de droga, lo que lo convierte además en el primer productor mundial de cocaína pura.
La Dirección estadounidense antidrogas (DEA) atribuye el incremento de la producción en Perú al control que Sendero Luminoso ejerce sobre el 45 por ciento de los cultivos de coca y a la presencia cada vez más notable y pública de los carteles mexicanos.
El panorama actual coincide con la Conferencia internacional de Ministros de Relaciones Exteriores y Jefes de organismos nacionales especializados contra el problema mundial de las drogas que se celebrará en Lima los días 25 y 26 de junio próximos.
Hasta la fecha se ha confirmado la participación de 45 países y organismos internacionales. También llegarán los "zares antidrogas" de Afganistán, Arabia Saudita, Argentina, Costa Rica, Ecuador, Egipto, El Salvador, Estados Unidos, Filipinas, Ghana, Guatemala, India, Malasia, Namibia, Paraguay, República Checa y Rusia, entre otros.
Para el gobierno de Perú la importancia de esta reunión global es de principal relevancia, debido a que reintroduce el componente de una diplomacia al más alto nivel para enfocar el tema de las drogas.
El evento se desarrolla igualmente en un contexto regional de fenómenos inéditos como el incremento del consumo de cocaína en los países de América Latina, la reducción del consumo de cocaína en Norteamérica en el último decenio, la duplicación del mismo en Europa durante ese período y el incremento de la violencia del narcotráfico y las actividades del crimen organizado.
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