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JERUSALÉN, Israel, jun. 3, 2012.- El presidente de Siria, Bashar al-Asad, señaló hoy que su país enfrenta una guerra instigada desde el exterior, a pesar de las medidas políticas instrumentadas por su régimen, incluyendo las elecciones parlamentarias.
En un discurso para inaugurar el nuevo Parlamento, transmitido por la televisión siria, Bashar Al-Asad señaló que "no estamos ante un problema político. Lo que estamos enfrentando es (un intento) para sembrar la violencia sectaria y esta es la herramienta es el terrorismo".
"El problema es el terrorismo. Estamos frente a una verdadera guerra librada desde el exterior", acotó Bashar Al-Asad en una de sus pocas presentaciones públicas y después de la matanza en Houla, que conmocionó a la comunidad internacional.
El presidente sirio reiteró que su país no se enfrenta a una crisis política, sino más bien un proyecto de sedición que tiene como objetivo la destrucción de la patria, la adición de sedición que es el arma del terrorismo.
El proceso político avanza en Siria, aseguró el mandatario, pero destacó que grupos terroristas, a los que no identifica, financiados por países extranjeros, también se están moviendo a un ritmo desenfrenado.
El presidente de Siria además defendió el programa de reformas emprendido por su gobierno, marcado por la remodelación constitucional de febrero que se ratificó "de manera clara y rotunda", como parte de los "claros pasos" tomados por Damasco "desde el principio de la crisis".
Como parte de estas medidas, Bashar Al-Asad destacó la celebración de las elecciones parlamentarias del pasado mes de mayo, que fueron enunciadas por la comunidad internacional, que el presidente sirio elogió como "una bofetada en la cara de los enemigos de Siria".
El mandatario culpó a los "terroristas", apoyados por potencias extranjeras, de fomentar la discordia y la creación de "un proyecto de la disidencia".
Bashar Al-Asad abrió la sesión del parlamento en un sesión transmitida en directo por la televisión siria rindiendo tributo a "los mártires, civiles y militares, de una guerra procedente del exterior" en la que "cada vez son más los actos terroristas" que se están perpetrando.
Sostuvo que las delicadas circunstancias que vive el país requieren audacia, solidez y sentido de la responsabilidad y sostuvo que la puerta está abierta para el diálogo, haciendo hincapié en su disposición a entablar un proceso de negociación.
"Es necesario separar el proceso político del terrorismo que es librado por extranjeros que vienen a inmiscuirse en nuestros asuntos", indicó el presidente sirio, antes de ofrecer la posibilidad del diálogo a quienes "han rechazado apoyar a los enemigos exteriores".
"Estamos listos para el diálogo y las fuerzas de oposición también, si bien no lo han reconocido en público", declaró Bashar Al Asad en su invitación al consenso, que tendrá lugar sin represalias, acotó.
Señaló que el papel regional ha demostrado su fracaso con respecto a la crisis con Siria, luego que el plan de paz de las Naciones Unidas y la Liga Arabe, que incluye el cese al fuego, no ha podido ser instrumentado en territorio sirio.
Las declaraciones de Bashar Al-Asad se producen cuando el enviado especial para Siria de la ONU y la Liga Árabe, Kofi Annan, señaló que ese país está al borde de la guerra civil.
NIEGA PRESIDENTE QUE SUS TROPAS SEAN RESPONSABLES DE MASACRE EN HOULA
El presidente Bashar al-Asad negó que las fuerzas de su gobierno tuvieran algún papel en la masacre de Houla, que dejó más de 100 personas muertas, la mitad de ellos eran niños, en un ataque registrado la semana pasada.
Bashar Al-Asad señaló que fue un "crimen horrible", incluso "monstruoso" y que sus tropas no son responsables de la matanza, a pesar de que existe evidencia en contra.
En un discurso televisado, señaló que "lo que pasó en Houla y en otros lugares son matanzas salvajes que ni los monstruos habrían cometido", reportó la agencia oficial de noticias siria SANA.
El mandatario insistió en la negativa de que las tropas sirias o grupos afines hayan perpetrado la masacre registrada en Houla, el 25 y el 26 de mayo pasado, y responsabilizó de ese crimen a los islamistas radicales.
"Si no sentimos el dolor que estruja nuestros corazones tras estas crueles escenas, especialmente en el caso de los niños, es que no somos seres humanos", declaró el presidente sirio en su primera comparecencia ante el Parlamento desde el pasado mes de enero.
"Después de la matanza odiosa de Houla, ellos acusaron al ejército, pero luego se retractaron para acusar a las milicias" favorables al régimen, afirmó Bashar Al-Asad, sin precisar quiénes eran "ellos".
"Los criminales están planificando cometer otros crímenes", afirmó el mandatario, que elogió a las Fuerzas Armadas sirias, cuyas tropas están implicadas en la represión de la rebelión popular.
La mayoría de las 108 personas asesinadas en la localidad siria de Houla eran civiles y familias enteras fueron baleadas en sus casas, señaló el martes pasado la oficina de derechos humanos de Naciones Unidas.
Los testigos y sobrevivientes relataron a los investigadores del organismo que la mayor parte de las víctimas murieron en dos ejecuciones sumarias conducidas por hombres de la milicia "Shabbiha" pro gubernamental en el pueblo cercano de Taldaou.
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