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NUEVA YORK, Estados Unidos, mayo 9, 2012.- Las leyes antitabaco se endurecen cada vez más en la Gran Manzana.
Ya son poquísimos los lugares donde se puede fumar en una ciudad vertical de ocho millones de habitantes y que se caracteriza también por su dinámica vida nocturna con miles de: Bares, restaurantes y centros nocturnos en los que nadie puede encender un cigarrillo.
Hoy día está prohibido fumar en taxis, autobuses, metro, oficinas e incluso en ciertos parques y áreas de playa.
Los fumadores, cuando se les antoja fumar, se ven obligados a salir a la calle y es frecuente verlos todo el año arrinconados, echando humo en las esquinas bajo la lluvia, la nieve y el calor extremo. La cajetilla de cigarros cuesta en Nueva York unos 12 dólares.
Recientemente el alcalde de esta ciudad, Michael Bloomberg, quien lidera la cruzada contra el tabaquismo, propuso una ley que prohibiría fumar en casa a la gente que renta apartamentos, si el propietario lo considera necesario.
Esta nueva ley exige a los propietarios de edificios residenciales que informen a sus inquilinos y compradores inmobiliarios sobre los riesgos del tabaco y si está prohibido fumar dentro de los apartamentos, en las terrazas, balcones, jardines y azoteas del edificio.
"Fumar cigarrillos mata y la gente tiene el derecho de saber si va a ser expuesta al humo de los fumadores. Esta propuesta deriva de numerosas quejas que recibimos de los neoyorquinos. No prohibirá enteramente fumar en los edificios residenciales, pero dará la opción a los propietarios de discernir si se permite o no fumar en su propiedad a los potenciales inquilinos escoger un hogar donde se permita o no fumar", señaló el alcalde Bloomberg.
Por su parte Linda Gibbs, directora de Servicios de Salud de NY, dijo que la "legislación provee a los inquilinos con la información necesaria para decidir en qué clase de edificio quieren vivir".
"Es difícil evitar inhalar el humo de fumadores. Esto causa asma y aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades cardiacas y cáncer pulmonar y las personas con que padecen enfermedades crónicas son particularmente susceptibles. Esta ley permitirá a todos los habitantes de la ciudad, fumadores o no fumadores a conocer las reglas de los edificios residenciales antes de optar vivir en ellos", subrayó Thomas Farley, comisionado de Salud de NY.
Más del 85% de los adultos en NY no fuman y menos del 10% fuman dentro de los hogares. A pesar de que el porcentaje de fumadores en casa es bajo, los apartamentos en muchos casos son muy pequeños y los sistemas de ventilación poco eficientes. A veces el humo se traspasa fácilmente a los apartamentos vecinos a través de ranuras en los muros, se cuela por debajo de las puertas, por el techo y el piso y a través de aparatos eléctricos.
Estudios de monitoreo ambiental han detectado niveles elevados de aire tóxico en apartamentos de no fumadores y si las puertas y las ventanas se mantienen abiertas el humo se infiltra aún más.
Según las autoridades esta ley tendrá un impacto positivo en los niños y en los ancianos porque están más expuestos al humo de segunda mano de los fumadores y porque pasan más tiempo en casa.
Estudios han demostrado que los niños de padres que no fuman en casa son más sanos que los de padres que si fuman. Los niños que inhalan el humo de padres fumadores tienden a desarrollar asma, su salud cardiovascular disminuye y son más propensos a contraer infecciones respiratorias.
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