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BEIRUT, Líbano, abr. 22, 2012.- Fuerzas sirias atacaron y cañonearon el domingo un suburbio de Damasco, dijeron activistas, un día después que el Consejo de Seguridad aprobó ampliar de 30 a 300 el número de monitores para intentar salvar la tregua de factura internacional en medio de constantes violaciones por parte del gobierno y los insurgentes.
Un equipo de 8 miembros se encuentra ya en Siria, y desde el jueves ha visitado las zonas más conflictivas del alzamiento popular iniciado hace 13 meses. En general, los combates cesan cuando los monitores visitan un área, pero abundan las informaciones de sostenidos enfrentamientos en zonas que aún no han sido visitadas.
"Lo de los observadores de la ONU es una broma", dijo el activista Mohammed Saeed en el suburbio capitalino de Douma, atacado por la tropa gubernamental el domingo.
"Cesan los cañoneos y ocultan los tanques cuando (los observadores) visitan algún lugar, y cuando se van, reanudan los cañoneos".
Los comentarios reflejan la desconfianza generalizada en el plan de paz del enviado internacional Kofi Annan para iniciar un diálogo entre el presidente Bashar Assad y sus adversarios.
La oposición siria y sus aliados occidentales creen que Assad no tiene intención alguna de respetar la tregua ni de retirar su tropa y armas pesadas de los centros de población, así como permitir las manifestaciones pacíficas.
Hasta ahora, el gobierno ha seguido atacando los reductos de la oposición, aunque a una escala menor que antes de la tregua.
Saeed dijo que dos personas murieron el domingo por disparos de fusilería en Duma, escenario de intensos combates entre los insurgentes y las fuerzas de seguridad antes de la tregua mediada por la ONU hace más de una semana.
El Observatorio sirio de los derechos humanos, un grupo opositor con sede en Londres, confirmó las muertes.
Agregó que también murieron cuatro soldados al ser detonada una carga explosiva al paso de un transporte blindado en esa aldea el domingo por la tarde.
El Observatorio dijo además que las fuerzas de seguridad mataron a tres personas en la provincia norteña de Idlib y otra en la aldea de Hteita, en las afueras de Damasco.
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