Breivik: Soy penalmente responsable de atentados en Noruega

Por Agencia | Fuente: EFE | 2012-04-20

El autor de los atentados que dejaron 77 muertos en Noruega el pasado 22 de julio, Anders Behring Breivik, dijo en el juicio que se le sigue 'No soy un caso psiquiátrico, soy penalmente responsable'

COPENHAGUE, Dinamarca, abr. 20, 2012.- El fundamentalista cristiano ultraderechista Anders Behring Breivik defendió hoy en el juicio por los atentados del 22 de julio en Noruega, en los que murieron 77 personas, que no es un enfermo mental y que se le debe considerar responsable de los hechos.

"Este proceso es muy simple. No soy un caso psiquiátrico, soy penalmente responsable", dijo según medios digitales noruegos en su declaración, no retransmitida por orden del tribunal.

Breivik aseguró que "todo" es responsabilidad suya, pero matizó que no se siente culpable, porque la culpa recae en los defensores del "multiculturalismo", que amenaza la existencia de los noruegos.

"Para mí, el 22 de julio no trata sobre los familiares o sobre mí, trata sobre el futuro de Noruega y de Europa", afirmó.

El extremista noruego de 33 años sabe que ha "destrozado" la vida de familiares de las víctimas y supervivientes y que les ha causado "dolor inimaginable", pero que ni quiere ni puede pensar en ello.

"No creo que hubiera podido estar en el juicio sin haber eliminado mis emociones. Si tuviese que intentar comprender el sufrimiento que he causado, no habría podido estar sentado aquí o vivir después del 22 de julio", afirmó.

A pesar de la insistencia de uno de los representantes legales de los agraviados por la matanza, Breivik rechazó asumir la culpa.   

"No es posible, me derrumbaría mentalmente, tendría que eliminar los escudos mentales que tengo", señaló.

Breivik aseguró que desde hace seis años usa una forma de meditación japonesa para anular las emociones y se comparó con un soldado "banzai" nipón en una acción suicida.

Reiteró también su admiración por la red terrorista islámica Al Qaeda por su uso de los mártires y cuyo modo de actuar ha estudiado, al igual que el de otros grupos, entre los que nombró a la organización terrorista ETA.

"La debilidad de organizaciones comunistas como ETA es que tienen miedo a la muerte. No se atreven a hacer un ataque suicida. No creen en la otra vida, esa es su mayor desventaja", dijo.

Sobre su vida privada, destacó que siempre ha tenido una "buena relación" con su madre y una vida social "normal", incluso en los años en los que se aisló mantenía contacto con sus amigos.

También dijo ser una persona "muy simpática" y con emociones -lloró en el entierro de un amigo, reveló-, pero que a partir de 2006 usa un "mecanismo de protección" similar al de los soldados.

Breivik fue cuestionado también por los fiscales y la defensa sobre otros aspectos relativos al primer atentado con furgoneta bomba en Oslo, la fabricación del explosivo o su ideología.

Abundó en algunas de sus ideas sobre el multiculturalismo, que según él apoyan todos los grandes medios europeos y que es la base del sistema educativo, que definió como "campo de adoctrinamiento", donde además, según él, se destruyen los roles tradicionales.

"De repente, los niños tiene que calcetar y hacer la comida, y las mujeres van a manualidades", dijo.

Si los medios noruegos no hubieran "censurado" las "revueltas islámicas" en Francia y en Suecia antes de las elecciones generales de 2009, la derecha populista habría ganado y accedido al poder, lo que se habría traducido en una línea más férrea en inmigración, "al nivel danés", con lo que él no habría actuado, aseguró.

Breivik sólo mostró signos de irritación al ser preguntado por aspectos que aparecen en el primer informe psiquiátrico que se le ha hecho y que lo declara un enfermo mental.

La jueza principal, Wenche Elizabeth Arntzen, le pidió respeto para los autores del estudio, a quienes Breivik se refirió varias veces como Asbjørnsen y Moe, dos conocidos recopiladores de cuentos populares noruegos del siglo XIX.

CONFIESA BREIVIK 'TENÍA QUE ENTRAR Y EJECUTAR A TANTOS COMO FUERA POSIBLE'

En la segunda parte de su declaración de hoy, el ultraderechista Anders Behring Breivik relató:

"Era un caos total, así que pensé que ahora tenía que entrar en ese edificio y ejecutar a tantos como fuera posible", al referirse a la cafetería de la isla tras haber matado a varias personas que habían viajado con él el transbordador.

Breivik dijo no recordar demasiado porque se hallaba en estado de shock y atento a posibles ataques, ya que sabía que había unas 600 personas en Utoya, pero aun así pudo hacer un relato cronológico.   

El extremista noruego, entonces disfrazado de policía, contó cómo consiguió que le llevaran a la isla para informar sobre un atentado que había ocurrido en Oslo -en realidad provocado por él mismo con una furgoneta bomba- y su temor a ser descubierto.

"Estaba casi seguro al cien por cien que encontraría fuerte resistencia contra la que tendría que luchar y probablemente morir en el intento", explicó.

A bordo del transbordador se enteró de que había un policía de paisano y desarmado en Utoya, que enseguida se mostró desconfiado, aunque logró convencerlo de que le explicaría todo al dar la charla informativa en el edificio principal: fue su primera víctima.

"Estaba casi paralizado, tenía miedo, pensé que tenía muy pocas ganas de hacer esto (...) Todo mi cuerpo luchaba para no agarrar el arma. Cientos de voces en mi cabeza me decían: 'no lo hagas, no lo hagas'", declaró Breivik, según medios digitales noruegos.

Pero Breivik, que caminaba con el policía y otras personas, sacó la pistola, pensó que era "ahora o nunca" y disparó.

"No corrí, no caminé rápido, sino tranquilo. Tenía mucho equipamiento conmigo, así que tampoco podía correr", explicó.   

Pese a asegurar que no recordaba mucho de lo ocurrido, "diez en minutos en total", en su declaración -no retransmitida por orden de los tribunales- se extendió en algunos detalles "macabros", según la televisión pública NRK, que al igual que el resto de medios noruegos censuró partes de la narración por respeto a las víctimas.

Relató que al entrar en la sala principal de la cafetería, vio a unas 15 personas y disparó a discreción, y le pareció que todo lo que veía era muy distinto a las series de televisión, afirmó.

Mientras algunos intentaron defenderse, muchos jóvenes estaban paralizados por el miedo, pero el siguió disparando, volviendo a cargar el arma y rematando a las víctimas con tiros en la cabeza.

Su táctica inicial era conseguir un efecto psicológico al llegar a Utoya con los disparos y con gritos como "Vais a morir hoy, marxistas", provocando que la mayoría se tirara al agua y se ahogase presa del pánico, algo que no salió como esperaba, por lo que siguió recorriendo la isla y disparando a todos los que se encontraba.

Durante el relato, que continuaba en la sala 250 del juzgado de Oslo, Breivik se mostró aparentemente imperturbable, mientras varios de los familiares de las víctimas y supervivientes presentes en el recinto suspiraban, lloraban o directamente se levantaban y se iban, según el diario "VG".

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