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TOKIO, Japón, mar 15, 2012.- El líder norcoreano, Kim Jong-un, ordenó hoy a sus tropas mantener la máxima vigilancia durante un ejercicio con fuego real en el que participaron efectivos militares y barcos, informó la Agencia Central de Noticias de Corea del Norte (KCNA).
Kim solicitó a los oficiales y soldados de tierra, mar y aire "pensar en campos de batalla en todo momento, incluso dormidos o en sueños", y mantenerse siempre "en alerta máxima, como si estuvieran a punto de abrir fuego", agregó la KCNA.
Kim Jong-un, designado máximo líder del país tras la muerte de su padre, Kim Jong-il, el pasado 17 de diciembre, también instó a sus tropas a "eliminar sin piedad a los enemigos con las armas de la justicia y la venganza", según la agencia estatal.
El comandante supremo del Ejército popular de Corea del Norte, cuya edad se estima entre 28 y 29 años, ha realizado frecuentes viajes a unidades militares en un aparente intento de reforzar el apoyo del sector castrense, principal garante de estabilidad del régimen norcoreano.
Las arengas de Kim Jong-un durante su última inspección a las tropas del Ejército llegan días después de que Pyongyang amenazara con iniciar una guerra por la presunta difamación de los líderes norcoreanos en un cuartel de Corea del Sur.
La semana pasada se reveló que en una unidad del Ejército surcoreano en Incheon, ciudad portuaria al oeste de Seúl, circularon fotos de Kim Jong-un y del fallecido Kim Jong-il acompañadas de textos que llamaban a atacarles "hasta la muerte".
La tensión entre Norte y Sur, presente desde la Guerra de Corea (1950-53), se elevó al máximo en 2010, tras el ataque norcoreano con artillería sobre la isla de Yeonpyeong y el hundimiento del buque Cheonan, del que Seúl acusa a Pyongyang.
Ambos incidentes causaron la muerte de 46 soldados y dos civiles surcoreanos y deterioraron las relaciones entre ambas Coreas, que técnicamente se encuentran en guerra desde el fin del conflicto que las enfrentó entre 1950 y 1953 y que concluyó con un armisticio en vez de un tratado de paz.
El acuerdo de finales de febrero entre Pyongyang y Washington, por el que el régimen planea suspender temporalmente su programa nuclear a cambio de ayuda alimentaria no ha rebajado la tensión con su vecino, con el que ha intercambiado amenazas a raíz de los recientes ejercicios militares conjuntos de Corea del Sur y EU.
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